Las fotografías de los siete alcaldes que ha tenido Beneixama a lo largo de la última etapa democrática ya no se encuentran colgadas en un lugar preferente del salón de plenos del Ayuntamiento.

Las colocó en marzo la anterior primer edil, la socialista Amparo Barceló, como homenaje y reconocimiento al trabajo que realizaron al frente de cada Corporación local en favor de los derechos democráticos que recoge la Constitución Española. Sin embargo el nuevo alcalde de Beneixama, el popular Antonio Valdés, ha ordenado retirarlas y sustituirlas por un crucifijo. El mismo crucifijo que, curiosamente, su antecesora en la Alcaldía mandó descolgar a principios de 2011 de otra de las paredes del salón de plenos para guardarlo en una dependencia municipal. Una decisión que fue reprobada por el grupo popular y que el grupo socialista justificó por tratarse de un símbolo religioso que no tiene cabida en un Estado aconfesional -que no se adhiere a ninguna religión oficial- como se considera España desde la aprobación de la Constitución en 1978.

Precisamente la fotografía del actual primer edil era una de las que se encontraban expuestas desde marzo en el salón de plenos ya que presidió la Corporación local durante los años 1999 a 2007. Pero es más, cuando la promotora de la iniciativa le pidió por escrito una imagen suya para tal fin no tuvo ningún reparo en entregársela, y la exalcaldesa la mandó enmarcar junto a las seis fotografías restantes, incluida la suya, antes de que fueran expuestas públicamente por primera vez el pasado 27 de marzo, en el transcurso de un acto que tuvo su vino de honor y se hizo coincidir con la polémica inauguración de la reforma de la Glorieta. Obra que generó un duro enfrentamiento entre el equipo de gobierno de PSOE-Junts per Beneixama y la oposición del PP al incluir la supresión de la Cruz de los Caídos que todavía presidía la plaza más emblemática de la localidad.

Las imágenes de los siete alcaldes de la democracia todavía se encontraban en el salón de plenos cuando Antonio Valdés tomó posesión del cargo en la ceremonia de investidura del pasado mes. Sin embargo desaparecieron sin que diera explicación alguna cuando convocó el primer pleno extraordinario para aprobar el reparto de delegaciones y demás competencias municipales. Al parecer se encuentran en el desván y la decisión ha generado malestar entre más de un exalcalde, alguno de los cuales tuvo palabras de gratitud por el homenaje. Un reconocimiento que en algunos casos fue póstumo y tuvo como protagonistas a Manuel Juan de la UCD; Juan Sarrió del CDS; José Payá del PP; Manuel Felipe Sánchez y Vicente Payá del PSOE; el popular Antonio Valdés y la socialista Amparo Barceló.