La construcción del gimnasio del colegio público Miguel Servet de Elda ha sufrido el segundo parón en un mes. El primero se produjo a mediados de abril aunque el equipo de gobierno popular, la empresa gallega Casa Maestra a la que el Ayuntamiento adjudicó este proyecto del Plan E y la dirección facultativa de la obra -Din Acero Arquitectura de Elda- se apresuraron a negar la evidencia con documentos que, en algunos casos, carecían de nombre, firma y sello.

La paralización de los trabajos se produjo cuando la empresa subcontratada para hacer el gimnasio, la mercantil castellano-manchega Panquipulli Red, decidió abandonarlos aduciendo que la adjudicataria gallega no le había pagado ni un solo euro tras más de un mes de tareas de cuatro albañiles y la adquisición del material de obra.

El jefe de Panquipulli Red, Juan Vicente Marín, se desplazó ayer a Elda desde Ciudad Real para exigir los cerca de 40.000 euros que, tal y como asegura y ha denunciando ante los tribunales, todavía le debe la constructora principal. Pero también se dirigió al colegio Miguel Servet para demostrar, a pie de obra, que los trabajos han vuelto a suspenderse por motivos que él desconoce, pero que van a hacer prácticamente imposible la finalización de la obra el próximo junio, tal y como estaba previsto tras concederle el Gobierno central una segunda prórroga.

"Me consta -señaló ayer Marín- que el Ayuntamiento de Elda le ha pagado puntualmente a Casa Maestra por cada certificación de obra que le ha entregado, pero Casa Maestra no nos paga a nosotros y yo creo que los gobernantes de Elda podrían hacer mucho más de lo que han hecho, y obligar a la adjudicataria a hacer frente a sus deudas porque el Ayuntamiento es el contratista y tiene que velar para que todo se haga de forma correcta. Cosa que no está ocurriendo aquí y ahí tienes la muestra", dijo el jefe de la subcontrata señalando a la obra del colegio, que a las once de la mañana de ayer seguía cerrada y desierta.