Llama la atención, en esta época de renovación frenética de parques, jardines y demás zonas verdes, que todavía queden vestigios de aquellos juegos infantiles en los que más de uno recuerda haberse pelado las rodillas, en tiempos pasados.

Casi un año después de que este diario publicase la denuncia de los vecinos del barrio Polígono 25 de Elda sobre el parque "prehistórico" en el que tienen que jugar los niños de esa zona, la situación no ha cambiado un ápice. Mientras, en zonas recreativas del casco urbano, los "gusanos", los toboganes, los grandes castillos y el suelo blando son la nueva tendencia. Cada parque que ha recibido su dosis de Plan E o Plan Confianza presenta un flamante conjunto que hace las delicias de cualquier niño y padre deseoso de que una más que inevitable caída tenga las mínimas consecuencias. Pero aquí no.

El conjunto que todavía sobrevive en el parque de Polígono 25, ya se puede observar en la foto, está anclado en el pasado. El tiempo, además, ha hecho estragos en la estructura, llena de óxido. El suelo no es tal, ni blando ni duro, puesto que no está asfaltado, sino en mitad de la nada, rodeado de maleza. Así juegan los más de diez niños que viven en el barrio, en unas estructuras que hace años dejaron de servir para entretener a los pequeños.

Las carencias de seguridad son evidentes en este panorama desolador. A los remates afilados por el paso del tiempo se une el peligro del óxido acumulado. Los vecinos, además de poner el grito en el cielo, han aprovechado cada visita de los responsables municipales para pedir mejores condiciones. Una petición que sigue sin respuesta.