Una autocaravana que hacía las funciones de puticlub ambulante y que llevaba varios meses estacionada en un discreto solar del barrio Hispanoamérica de Sax quedó ayer reducida a cenizas y chatarra. El incendio se originó poco antes de las tres de la tarde por causas desconocidas y calcinó por completo el vehículo sin producir daños personales. En el momento del suceso no había nadie en su interior y los propietarios de las casas colindantes salieron rápidamente a la calle alarmados por la virulencia de las llamas, el olor a quemado y la intensa columna de humo negro. Varios de ellos llamaron al teléfono de Emergencias y al lugar acudió en primer lugar una patrulla de la Policía Local.

Mientras los agentes realizaban las primeras indagaciones y esperaban la llegada de los bomberos del Parque de Elda, el depósito de combustible del vehículo explotó repentinamente lanzando varios trozos del neumático de una rueda a más de veinte metros de distancia. Uno de esos fragmentos estuvo a punto de golpear en la cabeza a un vecino que se encontraba en la zona y también pasó a escasos metros de uno de los agentes al que sorprendió de espaldas.

En apenas veinte minutos la dotación de cinco bomberos desplazado a Sax sofocó las llamas. Antes un electricista había cortado el suministro de uno de los cables de luz que también resultó calcinado en el incendio, al igual que la pared de la vivienda unifamiliar ante la que se encontraba aparcada la autocaravana. Ésta portaba matrícula portuguesa y llevaba dos meses aparcada en el mismo sitio. Un solar de tierra situado a la altura del número 30 de la calle Jamaica. Un discreto y oscuro enclave de la periferia del barrio Hispanoamérica.

"Esto era un picadero ambulante y ya se lo dijimos a la Policía Local", comentó uno de los vecinos mientras otro añadía que "primero aparcaron aquí tres meses una furgoneta más vieja y desde hace dos trajeron ésta, que era más nueva". En cualquier caso el negocio del "sexo móvil" se desarrollaba con mucha discreción, a altas horas de la madrugada y siempre de forma esporádica. Curioso es que ningún vecino haya visto nunca a ninguna prostituta ni a ningún cliente entrar o salir de la caravana. Eso sí, se han topado con muchos coches y, sobre todo, con muchos condones tirados por el suelo.