Diez horas después de que una pareja contrajera matrimonio y se prometiera "amor eterno", el marido era detenido por un delito de malos tratos al haber golpeado supuestamente a su esposa en el domicilio que ambos comparten en pleno centro de Monóvar.

La boda fue civil y se celebró al mediodía en el juzgado. Los contrayentes disfrutaron, junto a familiares y amigos, de un banquete nupcial lleno de armonía y felicidad. Pero a medianoche decidieron retirarse a casa para comenzar lo que los invitados pensaban que iba a ser una romántica noche de luna de miel. Así que no insistieron para que los novios continuaran en la fiesta y se despidieron de ellos. Sin embargo, a la 1.30 horas de la madrugada del sábado el teléfono de Emergencias, el 112, recibía un aviso urgente. Una mujer de 35 años, la recién casada, pedía ayuda de forma desesperada porque, según indicó al telefonista que recogió el aviso, había sido agredida por su pareja. La comunicación se interrumpió de forma brusca, lo que suscitó la preocupación de su interlocutor, pero antes la mujer pudo informar de la dirección donde se encontraba su domicilio. Se activaba entonces el protocolo de malos tratos y dos patrullas de la Guardia Civil y Policía Local de Monóvar acudían rápidamente al inmueble para socorrer a la víctima. Los agentes se quedaron, sin embargo, perplejos cuando, al disponerse a detener al presunto maltratador, que tiene 30 años, la consorte se mostró reticente negándose a denunciar los hechos e intentando que no se lo llevaran al cuartel engrilletado. Sus súplicas no surtieron ningún efecto. Policía Local y Guardia Civil actuaron de oficio y el recién casado fue arrestado y puesto a disposición del juez de guardia de Novelda por lo que pasó su primera noche de casado en el calabozo.

Pero ayer la historia dio un inesperado giro. La supuesta víctima de los malos tratos aseguró en su comparecencia ante el juez que en realidad su esposo no le propinó ningún golpe ni tampoco le infringió ningún maltrato psicológico. Dijo que se lo inventó todo por celos y que, de este modo, quería vengarse del baile "subido de tono" que su marido se dio tras el banquete nupcial con una joven invitada. La declaración tuvo un doble efecto. Él fue absuelto sin cargos por el juez pero ella tendrá que responder ante la Justicia porque el fiscal anunció su intención de imputarla por un supuesto delito de falsa denuncia. Y es que hay amores que matan. O encarcelan.

Una de cada dos mujeres se arrepiente

A los agentes de la Policía Nacional, Local o Guardia Civil que tienen experiencia en casos de violencia de género no les causa ninguna extrañeza el arrepentimiento espontáneo que surge en muchas de las víctimas. De hecho, las fuentes consultadas aseguran que una de cada dos mujeres se niega a denunciar el maltrato tras la detención del agresor.