Raquel Botella Beltrán no olvidará su último cumpleaños con facilidad. Además de llegar ayer mismo a los 100 años, un hecho poco habitual, la celebración de su centenario se ha visto completada con una visita muy especial. La que fuese presidenta de la Cofradía Santa Mujer Verónica desde su creación ha visto cómo la imagen, que permaneció en su casa durante los años en los que la Semana Santa eldense no era más que un recuerdo, volvía a su hogar para compartir estos días tan especiales con ella.

Así lo han querido los miembros de la que fue su Cofradía, que han decidido sacar a la Verónica de la parroquia de San José Obrero para homenajear a su presidenta de honor en una fecha tan señalada. El traslado de la imagen se llevó a cabo el pasado viernes por la noche, en una romería extraordinaria que contó con una amplia participación de los miembros más destacados de la Semana Santa de Elda, además de miembros del equipo de gobierno encabezados por Adela Pedrosa. Portada por los costaleros, la Verónica recorrió las calles de Elda hasta llegar a Ortega y Gasset, domicilio de Raquel. Allí, la homenajeada esperaba impaciente, acompañada de sus familiares, el momento en el que la imagen cruzara de nuevo el umbral de la casa, un momento que, como no podía ser de otra manera, se tornó en una emotiva lluvia de aplausos que no hicieron sino que Raquel se emocionase un poco más. Con la Verónica ya en la casa, la presidenta de honor de la cofradía recibió el saludo de todos los participantes en la romería, incluido el de una Adela Pedrosa que no se despegó de ella y a la que obsequió con un ramo de flores.

Ya más tarde, y en la estricta intimidad del ambiente familiar, Raquel ha disfrutado del fin de semana de su cumpleaños -ayer era el día exacto en el que se celebraba su nacimiento- acompañada de una vieja amiga con la que compartió techo durante tantos años hasta que la celebración de la muerte y la resurrección de Cristo cobró nueva vida.

Fundadora

Raquel fue una de las fundadoras de la Cofradía Santa Mujer Verónica, ejerciendo el cargo de presidenta desde 1947 -año de la creación- hasta su desaparición en la década de los 70. Desde el principio, la imagen de la santa permaneció en su domicilio, la popular "Casa de las Beltranas", lugar en el que se le construyó una capilla propia. Con la recuperación de la fiesta en 1988, Raquel cedió la imagen a la Cofradía.