Los vecinos del Casco Antiguo de Monóvar se han movilizado para impedir la puesta en funcionamiento de una antena de telefonía móvil contra la que el Ayuntamiento ha abierto un expediente de infracción urbanística por tratarse de una actuación ilegal. De hecho, tal y como informaba ayer el primer teniente de alcalde, la empresa responsable del proyecto carece de cualquier tipo de licencia, autorización o permiso, "motivo por el cual ya le hemos exigido que lo desmonte todo en 48 horas o, en caso contrario, lo hará el propio Ayuntamiento y luego le pasará a la mercantil el coste de los trabajos para que los abone en su totalidad y por la vía forzosa", añadía de forma tajante el concejal José Ginés. Precisamente él fue quien, a instancias de los vecinos afectados, solicitó hace una semana a una patrulla de la Policía Local que se dirigiera al lugar para requerir la documentación a los operarios y evitar, así, que los trabajos continuasen vulnerando la normativa.

Las tareas para instalar la antena de telefonía móvil comenzaron hace tres semanas y, de no ser por la presión vecinal, ya estaría emitiendo señal a través de unas ondas electromagnéticas que los propietarios de las viviendas próximas -cinco de ellas están a un radio de tres metros de distancia- quieren evitar a toda costa ante el temor de que puedan producir enfermedades. Precisamente uno de los residentes se mostraba ayer muy preocupado porque su hijo de tres años es propenso a sufrir tumores.

La vieja casa del número 20 de la calle San Antonio donde se ha realizado la controvertida actuación fue adquirida meses atrás a muy bajo precio por una inmobiliaria que, al parecer, la ha arrendado ahora a una operadora de telefonía.

Ni a los vecinos ni a los responsables del equipo de gobierno monovero se les ha dado ningún tipo de explicación. Además, los técnicos de las tres empresas subcontratadas para la ejecución de los trabajos han llevado a cabo sus tareas con un enorme hermetismo y en un tiempo récord. Les ha bastado tres semanas para instalar el sofisticado sistema de telecomunicaciones y plantar una antena de telefonía que sobresale varios metros por encima del tejado a través del patio de la vivienda. Una antena blanca que ha sido perfectamente camuflada para hacerla pasar por una pequeña chimenea.

"Mira si han actuado a escondidas que nos hicieron creer al principio que lo que iban a hacer era acondicionar el inmueble para abrir una panadería", comentaba el portavoz de los afectados, el joven Óscar Rodríguez, cuyo coche está estratégicamente aparcado desde hace cinco días en el mismo lugar de la calle San Antonio para evitar que los operarios de las empresas contratadas puedan acceder al interior de la vivienda y conectar la antena. "De momento no lo han conseguido pero ya lo han intentado en cinco ocasiones desde que el viernes de la semana pasada los agentes de la Policía Local los echaran a la calle por no tener permiso", añadía el afectado admitiendo, además, que la gente del barrio está haciendo guardia de día y de noche para evitar la conexión. De hecho, aseguran tenerlo todo bajo control. Han instalado una mirilla en la puerta del vecino más cercano para poder observar de forma discreta cualquier movimiento en la calle, han realizado una concentración de protesta junto a la antena, supervisan diariamente el contador de la luz del inmueble e, incluso, se están planteando colocar una webcam que enfoque directamente hacia la casa. "Todo es poco para que no alteren la tranquilidad de nuestro barrio con un aparato que nos da miedo y nos preocupa", señalaba Óscar Rodríguez agradeciendo el interés que está mostrando el Ayuntamiento.