La Policía Nacional detuvo el pasado jueves en Petrer al presunto autor de una agresión sexual ocurrida hace más de un año al ser reconocido por su víctima en una frutería de Petrer. C.G.R, la presunta agredida, afirmó ante la policía haber reconocido a su asaltante, de nacionalidad paquistaní, por la cara y la voz, y denunció inmediatamente en la comisaría de Elda-Petrer la presencia de este individuo en el establecimiento, del que era dependiente.

Los hechos ocurrieron hace 16 meses en la cercana localidad de Monóvar, en la que reside. Según hizo constar la presunta agredida en una primera denuncia, cursada por la Guardia Civil, dos individuos la asaltaron con un arma blanca en la calle a plena luz del día, y la condujeron posteriormente a un descampado próximo a su casa, en la entrada de la localidad. Según C.G.R, una vez en el descampado, le entregó a los dos individuos todos los objetos de valor que llevaba encima, incluido su bolso, con todo el contenido. Tras perpetrar el robo, siempre según su relato, uno de los dos asaltantes le empujó violentamente y la tendió en el suelo, al tiempo que le rasgaba la camiseta y le forzaba a mantener relaciones sexuales a punta de navaja. Finalmente, una discusión entre los dos individuos provocó que huyesen por su propia voluntad, momento en el que C.G.R. aprovechó para llamar al 112. Aunque denunció, las fuerzas del orden nunca consiguieron dar con ninguno de los dos hombre que la habían conducido al descampado

Transcurrido más de un año del asalto, la presunta agredida acudía el pasado jueves a las fiestas patronales de Petrer. De vuelta a su domicilio, relataba ayer, pasó por una frutería situada en la Avenida de Madrid para realizar unas compras. Una vez dentro, reconoció en el dependiente a su agresor, confirmando su identidad al escuchar su voz. Acompañada de su nueva pareja y su hijo de 20 años, acudió de inmediato a la comisaría, esperando allí hasta que vio entrar detenido a su presunto agresor.

Tras la detención, C.G.R. acudía el viernes al juzgado de instrucción Número 3 de Elda para una primera vista con la juez, aunque desconoce si su agresor ha pasado a disposición del juez o ha sido puesto de nuevo en libertad.

Tres intentos de suicidio y un divorcio

"No pude quitarme su olor en varios meses". C.G.R. relata su agresión sexual desde la lejanía, aunque con un leve temblor de voz. Asegura que además de las secuelas físicas que le produjo la agresión en el momento, las psicológicas y personales han pesado más. Tres intentos de suicidio lo atestiguan, además de tratamiento a manos de un profesional y el trago de un divorcio, del que culpa, sin dudarlo, a la agresión. "Mi marido ya no quería tocarme y nunca me creyó". Ahora sólo espera "que se haga justicia y lo metan en la cárcel". j. A.