Las fiestas patronales de Cañada ya están en marcha. La llegada de la Virgen del Carmen, patrona del municipio, desde su ermita dio el pistoletazo de salida a cuatro días de jolgorio ininterrumpido que finalizarán el próximo domingo.

Como es costumbre las hogueras iluminaron la noche en Cañada y guiaron el paso de la imagen en el trayecto que la llevó desde su ermita, el lugar en el que la patrona reposa habitualmente, hasta la iglesia parroquial de San Cristobal. Una tradición, la de Cañada, que se remonta a más de un siglo atrás, al año 1891, y que se ha mantenido hasta la actualidad como uno de los puntos álgidos de las fiestas de julio. Una vez hubo ingresado la imagen en el templo del centro del municipio, ya de madrugada, los habitantes del municipio aclararon sus gargantas para entonar el Himno a la Virgen con el que daban la bienvenida a la imagen.

Los cánticos de los vecinos de Cañada sólo fueron el clímax de la jornada, ya que horas antes, a la luz del día, se celebraba uno de los actos más vistosos de estas fiestas. Desafiando al calor que perduraba a media tarde y derrochando imaginación, las peñas festeras de Cañada se echaron a las calles con sus miembros, del más veterano a los más pequeños, enfundados en los más variados disfraces, y dando buena muestra de la alegría que caracteriza a las fiestas populares. La jornada, no obstante, había comenzado de pasado el mediodía con el izado de banderas y la mascletá, dos actos en los que destacaron, como no podía de ser de otra forma, las reinas Mayor e Infantil de las fiestas, Mari Carmen Hernández y Carmen Sanjuán.

Los festejos de Cañada no han hecho más que comenzar. Por delante todavía queda la Ofrenda y la Procesión de la Virgen del Carmen y, como no, horas y horas de diversión.