Las centenarias casas-cueva situadas en la parte más alta del casco antiguo de Petrer están amenazadas y sus dueños, desesperados. Después de soportar la aparición de manchas de humedad y grietas desde hace algo más de seis meses, dos de las viviendas se han venido abajo, mientras que otras cuatro sufren derrumbes parciales o humedades a causa de filtraciones de agua cuyo origen todavía no ha sido establecido de manera oficial.

Los vecinos tienen claro el motivo por el que sus casas están afectadas. Todos ellos coinciden en señalar a las obras realizadas en la calle Casas del Castillo, situada justo encima de las construcciones. Esta actuación, enmarcada dentro de la remodelación y mejora del Casco Antiguo que el Ayuntamiento financió a cargo del Plan E, finalizó en los últimos meses de 2009, semanas antes de que los habitantes de esta zona comenzasen a detectar manchas de humedad en sus casas. Con el paso de los meses, una vivienda se ha desplomado por completo, mientras que la edificación contigua está prácticamente hundida y su propietario, Emilio, la ha tenido que abandonar recientemente. En el interior, además de un fuerte olor a humedad, se observan grietas y escombros, aunque la mayoría han sido retirados por el propietario y se acumulan en la entrada de la vivienda. El apuntalado del interior también ha sido realizado por el propio Antonio, que clama que "en los cien años que tiene la casa nunca ha habido ningún problema". Estas construcciones son por lo general familiares y han pasado de mano generación tras generación.

Legado familiar

"Esto lo hizo mi abuelo a pico y pala", relata Pedro mientras enseña la parte de su vivienda que se ha venido abajo, apuntalada por él mismo para evitar el avance hacia la parte de la casa que no está excavada en la roca. En su caso, la orden de desalojo le permite estar en esta parte exterior, pero no acceder a la cueva, que se ha desmoronado de manera progresiva. No obstante, también en esa parte han comenzado a aparecer grietas,

Como el resto de vecinos, Pedro también tiene claro de dónde viene todo el agua que está acabando con sus casas. "Ahí han tenido que pinchar una bolsa de agua y ahora no lo saben arreglar". Afirma incluso que los vecinos han contado con los servicios de un zahorí para detectar de qué parte emana el agua. "De arriba, no detectó que venía de la parte superior".

El casco antiguo de Petrer ha sufrido una transformación en el último año, renovándose para potenciar su imagen al exterior. "Nosotros estamos encantados con cómo se ha quedado todo, pero nuestras casas se están cayendo", sentencia una vecina.