Los vecinos de la Gran Avenida lo tienen claro. Su mayor "calvario" es la falta de imbornales que provoca que, cada vez que llueve, la avenida se inunde, con las consiguientes dificultades que tal circunstancia supone para la rutina diaria. Así lo pusieron de manifiesto ayer los vecinos en el transcurso de la reunión que mantuvieron con la alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa. Este año lo han sufrido especialmente, por las intensas lluvias, llegando a comparar la avenida con el Ebro, dada la cantidad de agua y su fuerza.

Más que una reclamación, los vecinos ejercieron ayer su derecho al "desahogo", ya que son conscientes de que el problema en estos momentos tiene difícil solución, ya que habría que levantar toda la avenida, con el elevado coste que ello conllevaría. Así las cosas, pese a que se sienten "indignados" por algo que en su día ya exigieron que "se hiciera bien", según destacaba ayer la presidenta del colectivo, Encarni Ruiz, que recordaba la oposición a las obras del polémico párking, los vecinos están "resignados". Exigen, eso sí, que se les reparen los desperfectos derivados de las obras en fachadas y accesos.