La jornada final de la XI Feria Medieval de Elda, una edición en la que se ha superado el número de metros y puestos, tuvo que sufrir en la tarde de ayer las inclemencias del tiempo, lo que deslució un poco el resultado final de 48 horas de celebración "a la antigua". A primera hora de la tarde, los comerciantes tuvieron que tapar sus puestos ante la débil pero insistente lluvia. No obstante, tanto por la mañana, en la que no llovió, como en las últimas horas de la tarde, los visitantes pudieron pasear sin problemas por las calles del centro histórico transformadas en un colorista bazar medieval.