Han desaparecido de forma misteriosa y sin que nadie haya visto nada todos los restos óseos de aparente procedencia humana que se encontraban tirados detrás del cementerio municipal de Cañada y mezclados entre desechos de ataudes y fragmentos de lápidas con los nombres de los difuntos perfectamente legibles, crucifijos y figuras funerarias, trozos de sudarios con los que tiempo atrás se solían sepultar los cadáveres, zapatos, diversas prendas de vestir, las típicas flores de tela que se colocan en los nichos y todo tipo de cristales y escombros procedentes, presumiblemente, de obras llevadas a cabo durante los últimos años en el cementerio. Trabajos realizados por albañiles privados contratados por las propias familias de los fallecidos dado que el municipio carece de sepulturero y, en este caso, el Ayuntamiento se limita a mantener la zona limpia y alquilar los nichos o el terreno que ocupan los panteones.

Este diario fue informado de la macabra escena y se personó en el lugar indicado al mediodía del pasado miércoles. De este modo se pudieron captar más de 20 fotografías que reflejan la existencia de unos restos que en la tarde del jueves seguían en el mismo lugar tal y como se pudo comprobar in situ. Sin embargo, a raíz de la noticia publicada por INFORMACION, la Guardia Civil abrió ayer una investigación de oficio pero por la mañana, cuando los agentes se personaron en la zona para realizar una inspección ocular, no quedaba ya rastro alguno de los tres largos huesos y el pequeño fragmento óseo fotografiados y publicados por este diario en su edición del viernes. Restos que por su morfología podrían proceder de las extremidades de uno o varios difuntos, según explicaron sepultureros consultados de otras poblaciones. También habían desaparecido las prendas de vestir halladas en el mismo lugar. Concretamente en un abocador de bloques construido a ras de suelo y convertido en un vertedero funerario incontrolado junto a la tapia trasera del camposanto.

El alcalde de Cañada, el popular Juan Molina, no quiso hacer ninguna declaración cuando este diario se puso en contacto con él en la tarde del jueves. Ayer ni siquiera fue posible localizarlo. Sin embargo, el secretario municipal sí que negó categóricamente la existencia de cualquier tipo de resto humano en las inmediaciones del cementerio. "Nos informaron al mediodía del miércoles de que había un cadáver y me fui para allá con la teniente de alcalde, varios concejales, el aguacil y algunos vecinos del pueblo. Estuvimos buscando y allí no había ningún hueso y todo lo que se diga son meras especulaciones", afirmó tajante insinuando que las fotografías habían sido "preparadas".