La histórica Casa de los Giles de Sax será rehabilitada por la firma Canto y Ferrando S.L. a la que la Generalitat y el Ayuntamiento han concedido los permisos necesarios para construir una gasolinera con multitienda. Ambas autorizaciones, la Declaración de Interés Comunitario y la licencia municipal de obras, han sido otorgadas recientemente pero su tramitación se remonta varios años atrás.

La restauración exterior e interior de este ruinoso inmueble ubicado a la altura de La Colonia de Santa Eulalia, entre la línea del tren La Encina-Alicante y la autovía Alicante-Madrid, es una de las exigencias que el equipo de gobierno socialista de Sax le ha impuesto a la empresa adjudicataria como condición imprescindible para que la futura estación de servicio pueda obtener la licencia de actividad. En cualquier caso, este singular edificio construido en el año 1905, siguiendo el estilo de las segundas residencias madrileñas, no podrá albergar ningún tipo de actividad pública debido, precisamente, a su proximidad con la autovía A-31. De hecho, tanto la gasolinera como la tienda se construirán dentro de la misma finca pero a una distancia considerable de la vivienda. Por tanto, su uso como restaurante o pequeño hotel queda, a priori, descartado.

La mansión la mandó construir en 1903 el matrimonio formado por José Gil Blanco y Francisca López Bravo-Alonso. Hasta los años 70 sus hijas Josefa y Asunción Gil Bravo-Alonso pasaron largas temporadas en ella junto a varios de sus descendientes. Durante la Guerra Civil se produjo, sin embargo, un paréntesis en su uso porque el edificio pasó a ser hospital para enfermos infecciosos.

La casa tiene tres alturas y planta cuadrada, una cubierta tipo mansarda parisina sostenida por pino americano y un abuhardillado en la segunda planta que le confiere un aspecto historicista muy alejado de la arquitectura popular de la zona. Formaba parte de una extensa heredad de más de 100 hectáreas de viñedos y olivares que llegaban a los pies de Peña Rubia. En otros tiempos había una piscina en el jardín que se llenaba con el agua de un nacimiento de la cercana sierra conducida por una tubería de plomo. Tal y como detalla el cronista oficial de la Villa de Sax, Vicente Vázquez, también se alza muy cerca una pequeña ermita dedicada a San Pedro y a la Virgen de Lourdes que hasta los años 70 albergó misas. A partir de entonces, y a pesar de gozar de la protección de las normas subsidiarias, la Casa de los Giles sufrió un progresivo abandono que ahora parece haber llegado a su fin.