Alumnos, padres y profesores del colegio público Miguel Hernández de Elda homenajearon ayer a la obra y figura del poeta que le da nombre al centro. Fue dentro del recinto escolar y en presencia de Lucía Izquierdo, la nuera de Miguel Hernández, que calificó el acto de "maravilloso, emotivo, impactante y muy bonito". Pero al finalizar admitió haber sentido "mucha pena por el desinterés que el Ayuntamiento de Elda ha demostrado al no haber permitido que este homenaje se hubiera podido hacer en la plaza Sagasta, tal y como quería la dirección del colegio, con un recital de doce horas de poesía al que todo el pueblo habría podido sumarse". Para Lucía Izquierdo "esa es precisamente la esencia de este primer centenario de Miguel Hernández, la de la unidad de todas las sensibilidades en torno al legado cultural de un hombre excepcional, y eso es lo que hubiera querido hacer él, que siempre escribió por y para el pueblo".

Ausencia de concejales

La nuera no quiso realizar juicios de valor ni entrar en polémicas políticas pero sí manifestó que "desgraciadamente gestos de este tipo ensombrecen actos de este tipo".

En cualquier caso, ni para ella ni para la directora del centro, Elisa Beltrán, pasó inadvertida la total ausencia de representantes del Ayuntamiento en el homenaje. "Estaban invitados pero no ha venido nadie y al final hemos estado los que teníamos que estar. Pero yo también quiero lamentar las muchas dificultades que la concejal de Educación nos ha puesto, desde el primer momento, para que no pudiéramos hacer extensivo este acto cultural a todos los eldenses con un recital en un espacio público", dijo Elisa anunciando que el consejo escolar del Miguel Hernández ha acordado, en su última y reciente reunión, pedirle encarecidamente a la alcaldesa que el Ayuntamiento no se olvide del poeta de Orihuela "y que le haga el homenaje que merece y que no ha querido hacerle", subrayó la directora.

Respecto a estas críticas la edil de Educación, Cristina Gomis, aseguró ayer que son completamente infundadas. "A Elisa Beltrán se le han dado desde esta concejalía todas las facilidades del mundo y se ha tenido una extraordinaria paciencia ante sus continuos cambios de criterio. Pero lo que no podemos hacer es enviarle a un operario municipal para que esté a su entero servicio un sábado desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Eso no lo podemos hacer con este colegio ni con ningún otro colegio, colectivo o asociación", puntualizó Gomis recordando que ella no fue invitada por el centro para participar en el acto.

Sin invitación

"La invitación se la enviaron personalmente a la alcaldesa a última hora de la mañana del viernes y le resultó imposible acudir porque ya se había comprometido con antelación a estar en la Mesa de la Asociación contra el Cáncer, que permaneció toda la mañana instalada en el Mercado Central", explicó la edil de Educación. Si hubiera asistido al homenaje habría podido leer alguno de los poemas más conocidos de Miguel Hernández tal y como realizaron decenas de alumnos, profesores, madres y padres. También habría podido disfrutar con las canciones interpretadas por el coro del colegio. Sobre todo con "Nanas de la cebolla" y "El niño yuntero" que los pequeños bordaron dando un toque muy especial a las versiones de Mocedades y Serrat. Y antes de despedirse Lucía también descubrió en la puerta de acceso al colegio una placa de cerámica con la imagen de su suegro, una composición alegórica y el célebre verso: "Me llamo barro, aunque Miguel me llame...".