El municipio de La Romana, junto con el grupo empresarial alicantino Marjal, se encuentran inmersos en la búsqueda de socios para poder desarrollar un proyecto pionero en Europa de urbanización ecológica, un plan que supondría un punto de inflexión en las iniciativas de sostenibilidad que se han desarrollado en la localidad hasta el momento. El alcalde, Manuel Hernández, adelantó sus planes ayer, en el transcurso de la inauguración de la primera "vivienda verde" unifamiliar de la Comunidad que obtiene el certificado de calidad que otorga el Instituto Valenciano de la Edificación, un inmueble desarrollado por el Grupo Marjal que, además ofrece unas posibilidades de ahorro energético de hasta un 50% con respecto a una vivienda normal.

Para la obtención del certificado, la construcción ha debido de superar una serie de estrictos controles de calidad, el último de los cuales se realizaba ayer mismo con la finalidad de medir la eficacia del aislamiento de las paredes, tal y como recordaba Luis Esteban Dominguez, director general del Instituto Valenciano de la Edificación (Ive), presente en el acto. Esteban, además, recordaba que la obtención del certificado asegura un "perfil superior de calidad" con el que se da un valor añadido al comprador, ya que la evaluación necesaria para obtener el sello del Ive se realiza en todas las fases de la construcción y conlleva un seguimiento continuo.

La presentación de la vivienda verde pionera en La Romana contó, además, con la presencia de la vicepresidenta de la Diputación Provincial de Alicante, que alabó la técnica de construcción empleada por Marjal en la vivienda que, asumiendo mayores costes, "aporta un valor añadido que redunda en el bien del consumidor y también de su entorno". El director general de Grupo Marjal, Francisco Gómez, aprovechó su intervención para hacer un llamamiento a las administraciones públicas para que se aumente la inversión en vivienda ecológica.

Respeto al entorno

Las medidas de reducción de energía presentes en la edificación que la han hecho merecedora del sello del Ive son, entre otras, la orientación óptima de la vivienda, instalación de captadores solares, la utilización de bombillas tipo Led en todas las estancias, el uso de electrodomésticos de clase A, el aislamiento eficiente de paredes, techos y suelos; un sistema de calefacción con caldera de biomasa, que utiliza restos procedentes de la poda de bosques, recuperación de calor, un monitor que permite controlar el consumo de energía, o una "electrolinera", un punto de recarga para un coche eléctrico. Además, durante su proceso de construcción se han seguido directrices de sostenibilidad como, por ejemplo, la utilización de lacas sin emisiones y maderas de explotaciones sostenibles.