La primera relación sexual, los métodos anticonceptivos, el Sida, la homesexualidad, la masturbación, los embarazos no deseados y, sobre todo, las hormonas, fueron ayer los protagonistas en el Teatro Castelar de Elda. Cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, respondieron a la convocatoria de una obra que, bajo el sugerente título de "Hablemos de sexo sin pelos en la lengua", abordó sin tapujos el tema del sexo en los adolescentes, desde las dudas y los miedos que, antes o después, llegan a invadir a todo joven. Una obra hecha por jóvenes y para los jóvenes, en la que la ausencia de tabúes fue la tónica de cada escena, a través de un lenguaje claro y directo como el que utilizan los adolescentes, como pudieron comprobar ayer las más de 400 personas, muchos jóvenes pero también muchos adultos, que se dieron cita en el Castelar.

Un montaje sencillo, diez jóvenes protagonistas, sentido del humor y, sobre todo, mucho sexo fueron los ingredientes de la tarde teatral, a cargo del grupo Caricato de Villena y bajo la organización del Ayuntamiento de Elda y el Centro de Salud Pública. Tal y como ya anunciaba el título de la obra, efectivamente se habló de sexo y sin pelos en la lengua.

Soy virgen, ¿soy un bicho raro?; ¿Por qué si un tío se acuesta con muchas tías es superman y si lo hace una chica es una guarra?; ¿Importa el tamaño del pene?; Me gustan los chicos, pero tengo sueños eróticos con mujeres... ¿soy lesbiana?; ¿Por qué me llaman tanto la atención las tetas de las mujeres?; ¿Soy un enfermo compulsivo si me hago más de siete pajas al día?... A lo largo de la función, todas estas preguntas, y muchas otras, fueron poniéndose sobre la palestra, siempre a través de situaciones y conversaciones mantenidas por los protagonistas teñidas de humor, en un intento de "desdramatizar" todos esos miedos e inseguridades de los jóvenes cuando, llegada la pubertad, son presa de las hormonas.

Más que educar, la obra representa un intento de mostrar a los jóvenes que no están solos en sus miedos y de romper los tabúes todavía no superados en cuestión de sexo. Que no hay que avergonzarse por "no saber", porque "nadie nace enseñado" y que todos, antes o después, se enfrentan a esos mismos miedos.

¿Media naranja o medio limón?

Desde las dudas respecto a cuándo mantener la primera relación sexual a los complejos físicos o cómo afrontar que un amigo tiene el virus del Sida, los jóvenes protagonistas representaron a lo largo de cerca de hora y media un sinfín de situaciones, desde una perspectiva cotidiana y cercana, en la que cualquier adolescente puede verse identificado. Los guiños, a través de el lenguaje desenfadado que predominó a lo largo de toda la obra -hablando por ejemplo de follar, en lugar de hacer el amor, o de pollas, en lugar de penes-, se fundieron con un contenido muy real y, al mismo tiempo, con mensajes muy directos, como el derecho a "decir no", que el Sida no se contagia por abrazar, besar o conversar con una persona que tenga el virus, que sólo el condón previene contra las enfermedades de transmisión sexual, que una noche de "locura" en un coche puede traer consecuencias nueve meses después, que no sólo los "guapos" pueden ligar y ser felices, o que más allá de una "media naranja" en la vida se pueden llegar a tener cuatro, cinco o seis. Que hay a quien no le gustan las naranjas y que lo que busca es un "medio limón". Y que, no por compartir el tiempo con un amigo gay, te vas a "convertir" en homesexual.

Estos mensajes, más trascendentes aunque siempre teñidos con matices de humor, se entremezclaron con otros quizá de contenido más puramente sexual, pero igualmente importantes para los jóvenes a la hora de afrontar su sexualidad: ¿una mujer puede tener más de un orgasmo en el mismo coito?; mi novio la tiene muy grande, ¿me dolera?; la tengo muy pequeña, he tenido un gatillazo...

Adultos y adolescentes en el patio de butacas

La obra, tal y como pretendía, congregó ayer a decenas de jóvenes eldenses, pero también a numerosos adultos. Esos tabúes y esa ausencia de naturalidad que todavía mantienen muchos adolescentes respecto a las distintas facetas de la sexualidad quedaron reflejadas en las risas provocadas por los actores cada vez que mencionaban palabras como follar, condón, pajas o polla. También en la vergüenza a la hora de hablar de si comparten esos miedos y dudas recogidos en la obra. Se sienten identificados con lo que acaban de ver, pero son reacios a especificar. Sara es "valiente" y reconoce que se ha sentido muy identificada con las dudas expresadas por una de las protagonistas respecto a cuándo se está preparada para practicar el sexo por primera vez, "porque a veces crees que estás preparada pero otras muchas crees que no. Y dudas mucho". Alex no concreta, pero asegura que muchas de las situaciones planteadas en la obra "son muy reales" y se ve reflejado. Respecto al público adulto, María comenta que, lejos de escandalizarse, está "encantada" con lo que ha visto. "Llegar a los jóvenes es mucho más fácil hablando de la forma más clara posible", afirma.