Monforte del Cid se está convirtiendo en un referente arqueológico de primer orden para el estudio y conocimiento de la cultura ibérica en toda su extensión. Las últimas excavaciones promovidas por el Ayuntamiento y desarrolladas por la firma Arpa Patrimonio han permitido sacar a la luz nuevos fragmentos escultóricos de toros y una mano de gran tamaño, que podría haber formado parte de una estatua funeraria de parecidas características a la Dama de Elche. Todo ello ha llevado a los expertos a reforzar la hipótesis de que en la ladera del río donde se ha localizado el mayor foco de restos ibéricos de la comarca pudo haber existido una gran necrópolis con un santuario hegemónico en todo el Valle del Vinalopó.

Pero no ha sido el único hallazgo relevante. También han aparecido vestigios de un asentamiento neolítico, posiblemente habitado en un periodo por determinar del cuarto milenio antes de Cristo. Es la primera referencia que se tiene en Monforte de esta época, lo que incrementa la importancia de este nuevo yacimiento.

Este asentamiento prehistórico estaría formado por un conjunto de cabañas y un sistema de fosas de almacenamiento donde los arqueólogos han encontrado una pesa de telar y un molino de mano, además de la gran cantidad de cerámica y fragmentos de barro que cubrían las cabañas junto a troncos y ramajes.

La alcaldesa de Monforte, Antonia Cervera, manifestaba ayer su "enorme satisfacción" por los hallazgos y destacaba que "volvemos a descubrir piezas arqueológicas muy importantes y que tendrán cabida próximamente en nuestro Museo de Historia de la Villa".

Según los especialistas, la mano de piedra de grandes dimensiones hallada es una de las piezas más relevantes de todo el conjunto. Podría pertenecer a una escultura masculina asociada a un enterramiento de un alto aristócrata del Ibérico Pleno, en el siglo IV a.C. Se trata de la mano derecha, tiene un gran anillo en su dedo anular, aparece sujetando algún objeto y podría tratarse de una escena bélica. Aunque todavía queda mucho por estudiar, los especialistas hablan de una gran necrópolis con varios miles de metros cuadrados -por tanto, de las más extensas que existen- y con grandes estatuas cuya función era velar por el difunto en su tránsito al más allá. Además, en la mitad de la parcela intervenida, se han desenterrado también los cimientos de un edificio de la misma época, con forma rectangular y esquinas redondeadas. Las primeras hipótesis apuntan a que se le pudo haber dado un uso ritual en relación a la existencia de un santuario o área sacra de necrópolis donde se realizaban los sacrificios a los dioses íberos.

Para el monfortino Miguel Benito, que es uno de los técnicos del MARQ, "estamos ante unos de los hallazgos, en cuanto a escultura ibérica antropomorfa, más importantes de los últimos años en toda España. No existe una escultura con tal monumentalidad, habiendo de buscar referentes en el Mediterráneo Oriental. Esta escultura presidiría alguna de las tumbas más egregias de la necrópolis monfortina que se hallaba en una fértil terraza del Vinalopó". Por su parte los arqueólogos y directores de la excavación José Ramón Ortega y Francisco Andrés Molina, responsables de la empresa Arpa Patrimonio, hablaban ayer de "resultados espectaculares a nivel escultórico ya que algunas de las piezas halladas son únicas en la arqueología peninsular". Asimismo revelaban que "también se han localizado en la misma zona, por primera vez, pequeños fragmentos de huesos humanos quemados sobre los restos de al menos dos piras funerarias", una práctica que formaba parte del ritual de la época ibérica. Además, a muy pocos metros, junto a restos fraccionados de escultura zoomorfa, ha aparecido otra pieza excepcional. Se trata de un fragmento de acrotera con decoración de palmetas que remataría una estela funeraria. Otro objeto "excepcional" para los expertos.