Un millar de alumnos que cursan Enseñanza Secundaria en diferentes centros del Alto y Medio Vinalopó sufren la falta de profesorado dos meses después de iniciarse el curso. La cifra era mucho más elevada, llegaba a duplicar la actual, pero en las dos últimas semanas se han cubierto una decena de vacantes.

Las APA de los institutos La Torreta de Elda y Azorín de Petrer están estudiando emprender medidas de presión para que la Conselleria les asigne a los dos profesores de valenciano que no les envía a pesar de que las plazas están adjudicadas. En ambos casos unos 300 estudiantes de Secundaria y Bachillerato siguen esperando a que se dote a sus centros de estos docentes. Los más angustiados son los bachilleres que deben pasar en junio la PAU, la Prueba de Acceso a la Universidad.

No hace falta salir de Elda y Petrer para dar cuenta de más casos. Una decena de alumnos del Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) del instituto Monastil ha empezado su segundo y último curso sin el profesor de Jardinería, también llamado a asumir las funciones de tutoría. La plaza está ofertada en la bolsa de trabajo pero, a fecha de hoy, sigue sin cubrirse mientras los matriculados se "juegan" su graduado escolar. En el IES La Canal de Petrer otro centenar de educandos espera desde hace un mes la llegada de dos profesores de inglés y uno de tecnología. Son bajas pendientes como también lo es la plaza de valenciano en el Valle de Elda. En este centro otros 30 alumnos aguardan desde septiembre un profesor de formación agraria del PCPI. Este programa, pero orientado a la rama de albañilería, tampoco se está cubriendo en el Pascual Carrión de Sax a pesar de que hay 36 jóvenes matriculados.

En Aspe, en el centro La Nía, algo más de cien alumnos no reciben clases de valenciano desde octubre porque Educación no cubre la baja. En esta misma localidad la profesora de religión del IES Número 2 se incorporó ayer y el profesor de castellano está enfermo desde hace una semana. En el Enric Valor de Monóvar las tres vacantes de inglés, dibujo y biología que han dejado sin clases durante un mes a 180 estudiantes se cubrieron la semana pasada. El IES Vinalopó de Novelda también ha visto pasar mes y medio hasta que se ha contratado a un docente para el ciclo formativo de automoción. Algo parecido ha ocurrido en Las Norias de Monforte con el especialista en formación agraria. Mucho peor lo tiene La Mola de Novelda con cuatro bajas de larga duración. En este instituto el curso arrancó bien pero desde octubre 650 alumnos se están viendo privados de clases de plástica, educación física y especial. Son algunos ejemplos de las muchas carencias por las que atraviesa la educación pública en el Vinalopó.

Sin personal, aseos adaptados ni nuevas ventanas en la Escuela de Idiomas de Elda

La Escuela Oficial de Idiomas de Elda no es ajena a la falta de personal y medios materiales. La Conselleria ha prometido que este mes se incorporarán al centro, con más de un año de retraso, un conserje y un administrativo de los dos que le corresponden en función del número de matrículas. El Ayuntamiento de Elda ha contribuido a suplir algunas de las muchas carencias que presenta el viejo pero bien ubicado edificio, construido en los años 70, que ahora ocupa la Escuela de Idiomas y antes acogía a los alumnos del IES La Torreta.

Con tal fin la concejalía de Educación que dirige Cristina Gomis ha iluminado el aparcamiento y el perímetro del centro, ha colocado bancos y papeleras y ha prometido una partida específica para crear el aula de informática y renovar la carpintería metálica de las ventanas. Ésto último se anunció para el verano, se aplazó para el otoño y ahora se aproxima el frío invierno pero nada se ha hecho ni dicho.

La eliminación de las barreras arquitectónicas en una de las aulas de la planta baja donde se imparte inglés para facilitar, así, el acceso de los discapacitados ha sido otra de las obras llevadas a cabo con cargo al presupuesto municipal. Sin embargo es una actuación incompleta porque los discapacitados no pueden acceder al aseo. Es demasiado estrecho, la silla de ruedas no cabe y, además, tendrían que subir por unas escaleras sin rampa. La única posibilidad es dar la vuelta por el exterior. Pero, en el momento en el que haya más de un discapacitado matriculado, será imprescindible instalar ascensor.