El mundo festero de Aspe vive días tensos por la polémica fundación de una nueva comparsa de Cristianos que pretende ingresar en la Unión de Moros y Cristianos Virgen de las Nieves. Se trata de los Cristianos Contrabandistas de la Sierra Negra, una agrupación respaldada por 116 personas que a día de hoy no cuenta con el visto bueno de la junta directiva de la Unión para ingresar como nueva comparsa en la fiesta aspense.

La razón que esgrime el organismo festero local es que los nuevos Contrabandistas "ni guardan relación con la batalla de Moros y Cristianos de Aspe ni tienen, por tanto, rigor histórico alguno", según el presidente de la Unión, Francisco Isidoro Vives. El representante festero sostiene que la vinculación con el pasado medieval de Aspe es una de las normas que marcan los estatutos para permitir el ingreso de una nueva comparsa. "La fiesta tiene 31 años y estamos en plena tramitación de la declaración de interés turístico provincial", apunta Vives, a modo de excusa para no autorizar la entrada de una agrupación que dificulte la consecución del título turístico.

Pero hay un precedente. La asamblea de socios de la Unión, formada actualmente por unas 650 personas con derecho a voto, aprobó a principios de los 70 la fundación de los Estudiantes, como una excepción que el resto de comparsas aceptó. Ése es el punto débil de la norma que quieren explotar los Contrabandistas de Aspe para ingresar. "Nos dicen que no porque enturbiamos la "pureza" de la Fiesta, pero es que no hay pureza en la fiesta. No quieren Contrabandistas pero sí Estudiantes. Y cumplimos con todos los papeleos que nos han pedido", apunta Loli Álvarez, vocal de la nueva asociación.

La única manera de formar parte de la Unión es que la mayoría de los socios de una asamblea general voten sí a su ingreso, pero un socio debe reunir firmas por ellos para poder convocar ese foro. Los Contrabandistas se presentan hoy en sociedad para presionar a la Unión aspense.