Los desencuentros en el PP de Villena tienen como desencadenante la elección de José Joaquín Ripoll como presidente provincial. La alcaldesa no aceptó que un grupo de concejales, en el primer momento 8 de los 12, y posteriormente 6, se alinearan con el candidato Fenoll, y no con Ripoll, como ella hizo y como consideraba que debían hacer en bloque. Tras este hecho las relaciones se fueron deteriorando y fue dejando al margen a los ediles campistas privándoles de sus delegaciones de hecho, que no de derecho. Ello les llevó a revelarse, cuestionando las decisiones de la primera edil, mientras Celia Lledó los expulsaba de la Junta Local de Gobierno, les retiraba la firma y finalmente las delegaciones.

La mediación a finales de julio de Ricardo Costa, secretario general regional del PP, vino forzada por el gran escándalo político que supuso la postura indisciplinada de los campistas de Villena. Éstos dejaron a la alcaldesa en minoría en el punto del pleno en el que, precisamente, debía votarse el destino de los dos millones de euros que ahora ha desencadenado la trifulca entre los populares Gosalvez y Richter.

Presionado por la dirección provincial del partido a Costa no le quedó más opción que intervenir y mediar entre ambos bandos para conseguir "que las aguas volvieran a su cauce". Pero sólo puso paños calientes sobre la herida aunque en las última semanas se les haya visto a todos juntos y amistosos posando en más de una foto. Todo ficción porque la "guerra" sigue latente e incluso parece ser alentada desde fuera. Las diferencias no son sólo políticas. Han calado hondo en lo personal y la relación entre los concejales campistas y ripollistas apenas existe.