Catorce alumnos de ESO del instituto La Torreta de Elda, con edades comprendidas entre los 12 y 14 años tuvieron que ser atendidos en la mañana de ayer en los centros de salud Las Acacias y Marina Española, y algunos de ellos derivados incluso al Hospital Virgen de la Salud, tras sufrir una intoxicación leve al consumir láminas de chicle de un paquete que uno de los estudiantes compró el sábado, en un bazar chino de Elda, y repartió al resto de compañeros a las 7.50 horas, diez minutos antes de entrar en clase. Los afectados fueron en su mayor parte estudiantes matriculados en primero D aunque también se han registrado casos aislados en primero C y segundo D. Y ello debido a que algunos de los estudiantes trocearon la goma de mascar y las repartieron en el pasillo con los compañeros de otras aulas.

Los primeros efectos de la reacción alérgica comenzaron a detectarse a los diez minutos de masticar el producto a pesar de que, tal y como establecen las normas del centro, los menores ya habían tirado los chicles a la papelera antes de entrar al aula.

Urticaria en cara, cuello, brazos y piernas, picazón, inflamación e irritación de ojos y boca, obstrucción de garganta, sensación de ahogo e incluso diarrea resumen la totalidad de los síntomas que presentaban los intoxicados. A todos ellos les suministraron antiestamínicos inyectados por vía oral y en la mayor parte de los casos la mejoría fue instantánea. De hecho, tres de ellos regresaron al instituto minutos después de ser tratados en los centros de salud y al mediodía otros cuatro se reincorporaban a las clases. También fueron dados de alta los tres ingresados en el Hospital de Elda.

Tan pronto como se detectó el problema el jefe de Estudios, Constan Callado, y el director delES La Torreta, Antonio Juan, avisaron a los padres e informaron a la concejalía de Sanidad de Elda, que a su vez dio traslado de los hechos al departamento de Salud Pública, activándose a partir de ese momento un rápido protocolo para determinar las causas de la intoxicación y evitar, así, cualquier riesgo epidemiológico.

Era la propia concejalía de Sanidad, según indicó ayer la edil del área Remedios Yáñez, la que pedía a las diez de la mañana a la brigada verde de la Policía Local que se dirigiera al establecimiento de la Gran Avenida donde se adquirieron los chicles para retirar todas las cajas de esa misma marca.

"Si hubiera sido algo generalizado se hubiera producido una epidemia de gran alcance por lo que, previsiblemente, se puede pensar que sólo ha sido un paquete en mal estado, aunque es algo que se deberá determinar a través de los análisis que ya se están realizando desde Salud Pública y cuyos resultados serán determinantes antes de adoptar medidas de mayor alcance", añadió la concejala Yáñez.

El dueño de la caja los probó el sábado y no tuvo problemas

El niño que repartió los chicles a sus compañeros de primero D los compró el sábado. El mismo día se comió dos de las quince láminas que contenía la caja sin sufrir por ello ningún tipo de reacción adversa. Así lo indicó ayer a la dirección del instituto y a los servicios sanitarios que lo atendieron. Sin embargo ayer fue uno de los intoxicados y, como muchos otros, también presentaba sarpullidos por todo el cuerpo y obstrucción de garganta. La caja le costó 1,5 euros y decidió comprarla por su carácter novedoso y porque, según indica en su reclamo publicitario, el sabor a fruta tropical se mantiene durante cinco horas. Cuando la noticia se extendió por el instituto cundió cierta psicosis entre el resto de alumnos. Muchos de ellos aseguraban sentir molestias sin ni siquiera haber masticado chicle alguno.