L a mayor afluencia de visitantes a los cementerios se produjo por la mañana, y principalmente a primeras horas. El Ayuntamiento, junto con la Policía Local, organizó un dispositivo mayor que en años anteriores para facilitar el acceso a los dos camposantos de Elche y, en la medida de lo posible, evitar colapsos de tráfico.

Según el intendente general jefe de la Policía Local, Jesús Andreu, la jornada transcurrió «sorprendentemente bien. El Cementerio Nuevo, por ejemplo, se ha señalizado interiormente y se le han dado dos vías de salida de vehículos desde su puerta sur en dirección al Camino del Bolo y a El Toscar. Eso ha mejorado mucho la fluidez del tráfico», comentó.

El servicio de autobuses dispuesto por el Ayuntamiento no fue excesivamente utilizado en las primeras horas de la mañana, pero entre las 9 y las 12 del mediodía el 90% de las plazas iban ocupadas, según la Policía Local. A última hora del mediodía la estimación policial de afluencia a los cementerios se cifraba en unas 12.000 personas al camposanto nuevo, en torno a 7.000 habían pasado por el viejo, mientras que en los cementerios de Torrellano, El Altet y La Marina se registraban cifras que no alcanzaban

La principal novedad de este año ha sido la recuperación de una tradición del siglo XIX: la presencia en los dos cementerios ilicitanos de puestos de venta de dátiles y castañas que, junto con los propios puestos de venta de flores y otros de chucherías, caramelos y golosinas, le dieron a la jornada un particular