Portavoces de las familias con hijos escolarizados en el colegio de El Altet pero que viven en el límite de los tres kilómetros y que por tanto este curso se han quedado sin beca de comedor - aunque hasta ahora sí la habían obtenido - mantuvieron ayer una reunión con una inspectora de la Conselleria de Educación que apenas sí pudo dar respuesta a la demanda de madres y padres. Éstos incluso llegaron a plantear como alternativa que, si no hay becas, al menos se amplíe la frecuencia del transporte para que los niños acudan a comer a casa, algo que tampoco parece probable. Los afectados afirman estar desesperados y de momento van a confiar en que se les concedan becas asistenciales.