Detenido un ladrón en Elche tras robar 200 euros a punta de navaja y buscar a la víctima para que le entregara más dinero

El denunciante se refugió en el bar de unos familiares y llamó a la Policía Local al comprobar que el ladrón no se había quedado satisfecho con los 200 euros que le había entregado

Un control de la Policía Local de Elche, en una imagen de archivo

Un control de la Policía Local de Elche, en una imagen de archivo / Antonio Amorós

M. Alarcón

M. Alarcón

La sirla, que es un robo con intimidación en el que se utiliza principalmente una navaja o cualquier otra arma blanca para vencer cualquier resistencia de la víctima, es un hecho delictivo que ni mucho menos están en decadencia pero del que apenas informa ya las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lo cual no quiere decir que no sigan produciéndose y generando una gran alarma social. Siempre o casi siempre se ha asociado con personas desesperadas porque la cercanía con la víctima durante el asalto, casi siempre en un lugar público, facilita su identificación y, por lo tanto, su posterior arresto. En Elche la Policía Local ha dado cuenta del arresto de un "sirlero", como se les conoce en el argot, con la particularidad que acudió en dos ocasiones a por la misma víctima y en el mismo día.

Unos agentes de la Policía Local de Elche, en una imagen de archivo.

Unos agentes de la Policía Local de Elche, en una imagen de archivo. / INFORMACION

Los hechos ocurrieron en el barrio de Altabix el pasado 24 de abril. Una patrulla recibió una llamada a través del servicio del 092 para que acudiera a un bar donde un hombre los estaba esperando ya que acababa de ser víctima de un robo y estaba atemorizado. En su relato explicó a los agentes que esa misma tarde había acudido a casa de una amiga donde "un conocido le había sacado un cuchillo", se explica en el atestado. Para vencer cualquier resistencia, le había colocado el arma a la altura del estómago mientras le exigía 500 euros. "Por miedo, el hombre, le dio todo lo que llevaba encima, 200 euros, y se marchó de la vivienda", explican los agentes.

Dos horas más tarde

El informe no explica por qué en ese momento no dio aviso a la Policía sobre lo ocurrido. Ahora bien, dos horas más tarde el agresor volvió y, cuando el hombre se dio cuenta, "entró inmediatamente al bar de sus padres que estaba en una calle cercana. Aun así, le siguió, volvió a amenazarle y a pedirle más dinero, pero cuando observó que estaba llamando a la policía huyó del lugar", dice el atestado de la Policía Local.

La víctima aportó los datos físicos y de vestimenta a los agentes, así como fotografías con las que los policías identificaron al autor de los hechos por actuaciones anteriores. Los agentes facilitaron por emisora la descripción al resto de patrullas, y tras varias batidas por la zona finalmente fue localizado. Debido a los hechos, el hombre de 35 años fue detenido y trasladado a dependencias policiales