Entrevista | Ignacio María Doñoro Fundador de Hogar Nazaret

Ignacio Doñoro: «Me escapé de las garras de la muerte muchas veces por rescatar a niños»

Como antiguo capellán de las Fuerzas Armadas, el padre Ignacio acudió a múltiples misiones humanitarias hasta que en 2011 fundó un proyecto que ha dado amparo a miles de menores víctimas del tráfico de personas en Perú. Este miércoles sumó a la larga lista de galardones el de Benefactor de la Infancia en Elche.

El sacerdote Ignacio Doñoro momentos antes de la entrevista este miércoles en el Centro de Congresos de Elche

El sacerdote Ignacio Doñoro momentos antes de la entrevista este miércoles en el Centro de Congresos de Elche / Áxel Álvarez

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Antes de ser homenajeado este miércoles sonó el mítico tema ‘Que canten los niños’ de José Luis Perales. ¿Qué tiene que pasar para que niños que han sufrido se vean con el ánimo de volver a cantar?

El gran reto de Hogar Nazaret es enseñarles a amar porque han sido despreciados, desechados. Cuando encuentran tanto amor empieza una carrera sin fondo de poder vivir dentro de ese amor, y cuando uno se siente feliz sale lo bello, que es la música. Insisto en que el amor es el que nos cura. Y hay una interacción psicosomática que al curar sus corazones también curan sus heridas físicas y es curiosísimo cuantas veces vamos al médico y no se explican lo que ha pasado.

También llama la atención que los niños lo llaman papá…

Porque entienden que padre es el que te ama, el que te cuida, no el que biológicamente te trae al mundo.

Asistencia

¿Lleva la cuenta de cuántos menores ha podido ayudar?

No, incluso me cuesta y sufro porque van pasando. En Hogar Nazaret tienen todo absolutamente gratis, tienen cinco platos de comida al día, colegio, medicina, ropa…a cambio de que intenten cambiar su realidad. Han pasado miles y cifra no lo se, no importa si es uno o miles, lo importante es que ese niño ha salido adelante.

¿Qué le ha aportado entregarse así?

Vengo de la selva del Amazonas donde me suelen decir que si no podía haber encontrado otro lugar peor, y siempre les digo que si lo hubiera hecho allá que hubiera ido, llegan niños totalmente destrozados, desahuciados, nos los entregan porque no los quiere nadie, van a fallecer. Vienen de comunidades alejadísimas llenos de leishmaniasis, de parásitos, raquitismo, abusados, machacados que podrían ser portada de cualquier telediario, y cuando llegan al Hogar Nazaret se encuentran con alguien que les ama de manera especial.

¿Qué realidad se ha encontrado al llegar a España?

Veo que la gente corre a no se donde, que hay mucha tristeza, mucho desaliento, hay desesperanza, y los niños del centro dicen que son felices y que son capaces de perdonar a ese padre que ha abusado sexualmente del niño durante todos los días, que ha pegado palizas espectaculares.

Primer y tercer mundo

¿Cada vez nota una separación más grande entre el primer y el llamado tercer mundo?

Creemos que lo tenemos todo, que somos autosuficientes y que la agenda 2030 nos va a salvar, y lo único que lo va a hacer es Dios, porque cuando lo quitamos de nuestras vidas fracasamos estrepitosamente. Estos últimos años me planteo quiénes son los pobres, porque pobre no es el que menos tiene si no el que más necesita. Nos hemos creado un mundo en el que el mayor número de muertes entre los jóvenes se da por el suicidio, o sea, una sociedad hambrienta, insatisfecha, una sociedad que no tiene a Dios.

El sacerdote Ignacio Doñoro con el obispo José Ignacio Munilla este miércoles antes de que el Ayuntamiento entregase la distinción Benefactor de la Infancia

El sacerdote Ignacio Doñoro con el obispo José Ignacio Munilla este miércoles antes de que el Ayuntamiento entregase la distinción Benefactor de la Infancia / Áxel Álvarez

Ha estado en el punto de mira de los traficantes de personas, ¿siente miedo hoy por hoy?

Creo que ya no. He estado muchísimas veces amenazado de muerte, me he escapado de las garras de la muerte muchas veces. Cuando salí de Colombia no me explico aún como lo hice vivo, me tuve que hacer el mudo para coger un montón de taxis para engañar. Cuando salí de Puerto Maldonado lo hice porque me habían dado por muerto, me dieron una paliza tremenda porque estaba sacando niños del tráfico de personas y eso les daba mucho dinero y se lo estaba quitando. Yo creo que lo importante no es vivir muchos años, si no amar mucho y vivir con intensidad. De que me vale hacerlo con 100 años en la cama si las manos están vacías. He tenido la gran suerte de que Dios me ha puesto en mis manos muchos niños y hemos amado mucho.

Era la primera vez que visitaba Elche?

De niño he tenido la inmensa suerte de pasar las vacaciones en San Juan, Alicante, Elche y lo que sí me ha sorprendido, porque hacía muchos años que no venía, es el coraje que ha tenido la ciudad para crecer con el tejido empresarial, y noto esa acogida que siempre se tiene, me siento en mi casa.

Sin embargo la ciudad tiene deudas pendientes con los más vulnerables como por ejemplo visibilizar más a las personas sin techo…

Hay gente que me dice que le gustaría ir un tiempo al Hogar Nazaret, pero por qué no miras a tu alrededor si tu vecina está sola, es mayor, no puede ir al médico…acompáñala.

Suscríbete para seguir leyendo