El Corpus Christi reunió ayer a cientos de ilicitanos en una procesión que va ganando participación con el paso de los años, desde que un grupo de fieles apostasen por poner en marcha la Mayordomía en 2004.

El auge de esta procesión, se veía también en el número de altares que se instalaron a lo largo del recorrido de la procesión, que es el mismo que realiza la Patrona, la Virgen de la Asunción, cada 15 de agosto y 29 de diciembre. Este año se instalaron hasta trece altares y una alfombra de flores, ésta última delante de la puerta de la basílica de Santa María.

La Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Elche, la Agrupación Parroquial de El Carmen, y la cofradía del Calvario se sumaron este año a la celebración de Jesús Sacramentado, colocando altares en varios puntos del recorrido.

Estos se sumaron a los que volvieron a colocar la hermandad de San Agatángelo, el Lavatorio, la Mayordomía del Santísimo, la Sagrada Lanzada, la parroquia de El Salvador y la cofradía de la Virgen de los Dolores, y la Cofradía del Santo Cáliz. También volvieron a instalar un altar en el recorrido de la procesión la parroquia de San Francisco de Asís, la Orden Tercera Franciscana de las Clarisas, la Cofradía del Rescatado y la del Cristo de la Agonía.

De esta forma, dada la elevada participación de altares, la Mayordomía del Santísimo apostó por recuperar el concurso de altares. El jurado pasó a contemplarlos por la mañana y concedió el primer premio al altar que montó la Junta Mayor de Cofradías, el segundo para el altar de la Sagrada Lanzada y el tercero para el de la Orden Tercera Franciscana de las Clarisas.

En la procesión, además de numerosos fieles, se dieron cita niños y niñas que este año ha recibido la Primera Comunión, dejando una estampa típica de esta procesión, que finalizó en la basílica de Santa María. El paso, con Jesús Sacramentado, fue realizando una parada delante de cada uno de los altares, donde se rezó una oración.

Esta celebración, de origen medieval, sirvió a la iglesia para venerar públicamente el sacramento de la eucaristía, exaltando la doctrina del cuerpo de Cristo frente a aquellos que la negaban. En Elche, desde la última década, tiene cada vez más aceptación.