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Javier Urra: «La relación entre padres e hijos no puede basarse en la democracia»

La gestión de la adolescencia fue una de las cuestiones que ayer trató Javier Urra durante su visita al CEU Cardenal Herrera

Javier Urra: «La relación entre padres e hijos no puede basarse en la democracia»

Uno de los temas que trató ayer en Elche fue la manera en la que los padres deben afrontar los problemas de sus hijos, ¿existe una receta para ello?

Los padres tienen que afrontar esta tarea con serenidad, anticipando riesgos como el consumo de alcohol y otras drogas, sobre todo de alcohol, la violencia de género como agresor o víctima, el acoso escolar como agresor, víctima o el que mira a otro lado, o las sectas. Son riesgos que hay y un hilo conductor de todo esto es el de los chicos que son víctimas de acoso escolar y se acaban volviendo contra sus padres.

¿Qué más consecuencias provocan estas situaciones?

Provocan que el día de mañana los menores agredan a sus parejas. Ante estas situaciones de riesgo, hay que apostar por el deporte, el contacto con la naturaleza, los campamentos, las actividades en el mar, la creatividad del arte y la música? Hay que estar encima de los chavales en cuanto a los horarios y sus grupos de iguales, y mantener el contacto con los profesores. Los padres somos los responsables de las conductas de nuestros hijos.

Todo esto lleva irremediablemente a que haya conflicto...

Los conflictos son lo natural. Los jóvenes ven a los adultos como una pared. En ella se apoyan para subir como la hiedra y también chocan. La pared es necesaria. No tenemos que estar preocupados, simplemente ocuparnos de ellos. No hace falta ser unos padres excelentes, basta con ser buenos y dar ejemplo de ética, de moral y de gusto por la cultura. Esa es la base esencial. Hay que obtener tiempo para disfrutar de los hijos y acompañarlos en sus actividades.

¿Cómo se aborda la autonomía que reclaman los hijos?

Poco a poco. La tienen que ganar desde la responsabilidad y, a partir de ahí, alcanzar una mayor libertad. Es un juego de confianza. Yo te doy libertad en cuanto tú me demuestras que sabes utilizarla en cuestiones como los horarios de salida por la noche, el consumo o el uso del dinero. Todo ello hay que hablarlo y los padres deben dar más libertad mientras no se falle.

¿En qué situaciones no hay que conceder esa autonomía?

No hay que dar autonomía para ir con gente mayor, que se ausenta del instituto y comete vandalismo. En casa, las normas las ponen los padres, porque la relación con los hijos no puede basarse en la democracia. La potestad y la autoridad siempre tiene que ser de los progenitores.

En las relaciones paternofiliales, ¿hay cuestiones tabú?

Sí, una de ellas es la desesperanza. Hay muchos chicos que no tienen ilusión por el mañana ni expectativas. Es muy preocupante porque estos adolescentes se convierten en un riesgo muy grande para sí mismos, que puede desembocar en el suicidio. No se tratan las depresiones juveniles, creemos que los jóvenes no se deben deprimir. Hay que estar atentos a estas cuestiones relacionadas con la salud mental.

¿Qué más problemas hay?

Se ha acortado el tiempo de la infancia y vemos a muchos niños de 12 años que ya están erotizados, cuando es impropio. Hemos convertido a nuestros hijos en consumidores que se pasan el día exigiendo. Lo quieren todo aquí y ahora. La mejor vacuna es ponerse en la piel del otro y conocer las realidades duras.

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