Alejandro Soler y Carlos González juntos en una comparecencia pública, rodeados de sus más cercanos. Justo un mes después de que el exalcalde tomara las riendas del PSOE ilicitano y a un año para las próximas elecciones municipales, los dos enemigos irreconciliables se unieron ayer para hacer repaso de sus tres ejercicios al frente del Ayuntamiento ilicitano y para vender los logros de este mandato. Escenificaron así una unidad en el seno de la formación política, pero sin despejar todavía la incógnita de si Carlos González podrá repetir como candidato a la Alcaldía sin primarias.

Habrá que esperar a después del verano para que se tome una decisión, tal y como aseguró ayer el propio secretario general del partido, sin que el primer edil dijera nada más al respecto. Eso sí, la posibilidad de que se celebren unas primarias siguen sobre la mesa de la nueva dirección del PSOE, que esperará a que València fije el calendario de la consulta y, a partir de ahí, habrá que ver si los militantes quieren seguir apostando por Carlos González o celebrar una votación.

La sede de General Cosidó volvió a abrirse ayer tras materializarse la bicefalia en el partido, y después de que Soler desbancara a González al frente del partido. Llegaron, por un lado, el primer edil, junto a la edil de Hacienda, Ana Arabid y la de Bienestar Social, Tere Macià. Allí ya le esperaban, por otra parte, el núcleo duro de la nueva Ejecutiva, incluidos también los dos concejales que apoyaron a Soler, Héctor Díez y Patricia Macià.

Tras un saludo poco más que cortés, Alejandro Soler fue el primero en tomar la palabra para sacar pecho de las nuevas medidas que ha impulsado la cúpula, poniendo como ejemplo la Oficina del Pueblo o la mayor fluidez entre el grupo municipal y la dirección, además de hacer un breve repaso también los logros de estos tres últimos años del PSOE como inquilino de la Plaça de Baix. El gesto de comparecer unidos quedó ahí, aunque las caras de unos y otros durante esa escenificación pública no demostraran demasiada complicidad.

Por su parte, el alcalde, Carlos González, aprovechó su momento y se extendió largo y tendido para enumerar todos los proyectos realizados hasta ahora. Puso el foco en la reducción de la deuda municipal de 592 euros por habitante a menos de 250 euros; la congelación de la presión fiscal; la política social; la apuesta por el empleo (con una inversión de 11 millones para mejorar la empleabilidad de colectivos vulnerables); la inyección económica en el Parque Empresarial; la mejora de los espacios municipales; o los fondos europeos Edusi, con los que se han conseguido captar 15 millones de euros, entre otros proyectos. También hizo referencia a otra lista de asignaturas pendientes como la reforma de la planta de basuras, el plan de eficiencia energética, el Plan Especial del Palmeral o la conexión de la ladera del Vinalopó con el Pantano.

Sin embargo, por ningún lado apareció la peatonalización de la Corredora o el asunto del Mercado Central. Algo a lo que después, ya en el turno de preguntas, hizo referencia el exalcalde, hablando en nombre del partido, quien fijó en antes del verano el plazo para despejar dudas sobre ambos proyectos enquistados.

Sea como sea, el 1 de junio Soler y González, junto a la presidenta del PSOE, Ana Marchante, volverán a verse las caras en una asamblea abierta bajo el título «Tres años de progreso en Elche». El día 2, los socialistas llevarán su discurso a la calle, con una carpa que instalarán en la plaza de Barcelona.