La existencia de Selena Pomares ha sido difícil desde el minuto cero. Esta joven ilicitana, que cumplió siete años el pasado mes de febrero, nació tras un parto repleto de complicaciones. Una cesárea de urgencia permitió salvarle la vida. Tardaron cuatro horas en reanimarla y había tragado líquido amniótico y meconio. El diagnóstico del hospital hablaba de una encefalopatía hipóxico-isquémica, lo que viene a ser una parálisis cerebral derivada de la falta de oxígeno. Desde entonces, sus padres, Eli y Juan, no han dejado de luchar para conseguir la mejor calidad de vida posible para su hija. «Ha venido al mundo para enseñarnos a ser mejores», asegura su progenitor.

La pequeña necesita ahora una cámara hiperbárica que le ayude mejorar su plasticidad neuronal. El club de fútbol Gimnàstic de San Vicente del Raspeig organizó un partido de fútbol benéfico para recaudar fondos a favor de Selena y unos padres que acudieron a aquel encuentro trasladaron su situación al colegio Miguel Hernández de la misma localidad alicantina. Desde el centro educativo se han planteado un gran reto para ayudar a la niña ilicitana. Su propuesta consiste en conseguir un mosaico de 750 metros, que expondrán el 15 de junio, con monedas de uno y diez céntimos. Con ello, estiman que lograrían 4.000 euros.

Esta cantidad de dinero aún se queda lejana de los 18.150 euros que cuesta la cámara hiperbárica. Así que el colegio Miguel Hernández no se quiere detener en el mosaico y ha hecho un llamamiento a empresarios de Elche y San Vicente para que colaboren con esta causa solidaria, del mismo modo que ha abierto una cuenta bancaria para recibir donativos y se han repartido huchas por establecimientos de Elche, Torrellano, Crevillent, Dolores, San Vicente, Mutxamel y Alicante.

El oxígeno puro que llegaría a la sangre, los tejidos y las neuronas de Selena a través de esta cámara le aportaría mejoras evidentes. Su tono muscular mejoraría y se limitarían las complicaciones a la hora de aplicar distintas terapias físicas, algo que sus padres hacen con ahínco en su propósito de mejorar en todo lo posible las condiciones vitales de su hija. Los dolores musculares que le provoca su fisonomía se reducirían y las convulsiones, que ahora se controlan con medicación, también menguarían.

Sus padres han hecho todo lo posible por mejorar la situación de la pequeña. Han probado con todos los métodos a su alcance, entre ellos el Doman, un sistema que no se libra de la controversia y que en España ha popularizado Bertín Osborne. Para ello, han tenido que desplazarse al extranjero, con todos los costes y complicaciones que ello conlleva. «Nosotros estamos satisfechos porque ahí hemos encontrado un rayo de esperanza», señala la madre de Selena.

El método ha exigido muchas horas de dedicación por parte de Juan y Eli, que han tenido que superarse para estar a la altura de lo que la niña demandaba. Incluso han rebajado la intensidad del ritmo del programa en ocasiones porque el estrés provoca un retroceso en la menor. «Es una experiencia dura por la que nadie quiere pasar. Al final, tienes que avanzar y sacar todos tus recursos personales. No lo vemos como un castigo», apostilla Eli.