La propiedad del hotel de Arenales del Sol tiene sobre la mesa una propuesta con la que el esqueleto de primera línea de playa y su parcela podría pasar a manos de otra empresa. Así lo aseguraron fuentes cercanas a la firma, Princesol, que ha comenzado a estudiar la petición realizada por un complejo hotelero de escala nacional e internacional interesado en hacerse con el control del edificio de los años sesenta, después de que sus planes para tratar de recuperar la actividad se volvieran a torcer en el año 2015.
Precisamente, la situación en la que se encuentra ahora mismo el hotel ha hecho que sus dueños no hayan querido dar todavía un paso adelante y decantarse por la transacción, pero tampoco han querido cerrar ninguna puerta para deshacerse de un complejo que ha supuesto un completo quebradero de cabeza prácticamente desde que se cerró en la década de los setenta. Sea como sea, la oferta ya ha llegado a las oficinas de Princesol, donde esperan que a lo largo de todo este año la Audiencia Nacional pueda comenzar a pronunciarse. Algo que podría hacer que los dueños accedieran finalmente a la propuesta de esa gran firma. Otra cosa será lo que pueda pasar con el hotel, una vez que el juez dicte sentencia, con la posibilidad de que toda la estructura se tenga que tirar abajo para siempre
De cualquier manera, los posibles escenarios sobre el futuro del complejo de Arenales está todavía en manos de la Justicia, así como las posibles indemnizaciones que han reclamado desde la propiedad. Después del pasado verano, tras emitir la Dirección General de Costas una resolución en la que declaraba ilegales las obras realizadas en el edificio, los propietarios optaron por regresar a los tribunales.
La empresa cumplió con su amenaza después de que ya advirtieran de que no les temblaría el pulso para volver a los juzgados. La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar resolvió el pasado mes de julio el expediente abierto tras admitir varias denuncias, que advertían de irregularidades en los trabajos, considerando que la actuación llevada a cabo en el hotel durante los trabajos de rehabilitación infringía la Ley de Costas. Desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente aseguraron que las obras de reforma del hotel se transformaron en obras de nueva construcción, y que constituyen un incremento de volumen respecto a lo edificado antes de 1988. Por ello, la Administración central resolvió que el proyecto que se estaba ejecutando excedía lo autorizado en el año 2015.
Enquistado
Ante este freno para la mercantil, los propietarios del hotel decidieron retomar la lucha en los tribunales. Una realidad que durante los últimos 40 años ha llevado a dejar enquistado en el tiempo un hotel en primera línea de playa y cada vez más en ruinas. Durante el proceso judicial abierto, desde la mercantil apuntaron en diciembre que estaban abiertos a retomar el proyecto para reabrir el hotel, pero puso como condición indemnizaciones por todos los meses que las obras han estado paralizadas. Ahora mismo ya van casi dos años, desde el último intento para abrir las puertas del hotel. Otro de los escenarios que también contemplaban el año pasado era que el Ministerio de Medio Ambiente pase a convertirse en propietario de la parcela, previo pago del rescate de la concesión, reconocida, entre otras sentencias y tribunales, por la Audiencia Nacional en 2006.
La permuta de la parcela actual por otra en Arenales también llegó a estar sobre la mesa de Princesol, tal y como les planteó Compromís, pero nunca se llegó a aceptar.
