Con más de 300 años de antigüedad e intacto. Así ha salido a la luz un esqueleto, junto a numerosos restos óseos bajo el convento de La Merced. Estaban distribuidos a lo largo de varias criptas, utilizadas para hacer enterramientos de las familias nobles de Elche en el siglo XVIII, cuando no había cementerios. A finales de 1700, la iglesia fue un lugar sagrado donde se le daba sepultura a ilicitanos de la nobleza.

Las catas arqueológicas iniciadas hace alrededor de dos meses junto al antiguo convento de las hermanas Clarisas han permitido constatar que en aquella iglesia tardogótica, contigua al convento, había un secreto bajo el subsuelo. No solo restos humanos son los que han aparecido durante la investigación, sino también un escudo fragmentado en varias piezas, que pudo pertenecer a la familia de Los Cárdenas, similar al que hay en el Palacio de Altamira.

Con fondos municipales, se han invertido cerca de 30.000 euros, para estudiar el presbiterio. Allí se han descubierto el altar mayor, los arcos laterales y el arco principal de la iglesia. También ha aparecido la bóveda de la capilla de los condes de Torrellano. Todo un tesoro que el concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, calificó ayer como una de las cuestiones patrimoniales más importantes de las que dispone la ciudad. Y es que el conjunto entero, con la iglesia de La Merced y el convento de las Clarisas, es de lo más antiguo que hay en Elche, tal y como ayer explicó el jefe de Patrimonio, Gregorio Alemañ. Desde el mismo momento de la Reconquista, allá por el año 1265, la primera capilla que se construyó en Elche fue en los propios Baños Árabes. Después se sucedieron las distintas edificaciones, como los claustros, hasta llegar a la iglesia donde se han realizado las últimas excavaciones arqueológicas. El inmueble fue terminado en 1578. La policromía, las tallas, la piedra, el sistema de bovería superior es lo que da a este lugar una relevancia patrimonial muy importante.

Por el momento, todos esos restos óseos que han aparecido serán estudiados y conservados. Sin embargo, para poner en valor la construcción religiosa habrá que esperar a que haya fondos. El objetivo del Ayuntamiento es que, una vez recuperada toda la zona, se pueda abrir al público para tener una visión global y utilizarla como sala de conferencias con los hallazgos musealizados. Esas dependencias que acaban de ser estudiadas llegaron a ser propiedad de las hermanas Clarisas y, tras la Guerra Civil, fueron vendidas para obtener ingresos y poder reconstruir el resto del monasterio. Al final, acabaron convirtiéndose en una librería, y después se cerraron al público. Esta nueva investigación llega también después de las catas realizadas en los últimos años y que sacaron a la luz el antiguo acceso a los Baños Árabes, en 2012. En concreto, las criptas han aparecido en una pequeña sala, donde se asentaba la primitiva iglesia gótica, tal y como recuerdan las hermanas Clarisas. Allí, en las excavaciones del año 2014, ya se pudo descubrir la existencia de una posible cripta parcialmente rellena que aguardaba esos restos humanos aislados, que ahora han sido descubiertos. En 2015 las catas finalizaron en ese punto, que permaneció cerrado hasta ahora.