La Guardia Civil de Crevillent detuvo el viernes a un hombre al que se le imputa un homicidio en grado de tentativa a su pareja y un delito de tenencia ilícita de armas. Los agentes sospechan que el pasado 2 de mayo disparó a su mujer, que está ingresada en el Hospital del Vinalopó tras recibir un tiro en la pierna izquierda. Tanto el presunto agresor como la víctima manifestaron a los agentes que la herida de bala se habría producido al dispararse por error una escopeta que el acusado tenía en casa, impactándole el cartucho en la pierna. Sin embargo, y aunque las declaraciones de ambos coinciden en que se trató de un accidente, las versiones de cómo se produjo ese percance son muy distintas, lo que levantó las sospechas. La víctima aseguró que la pistola estaba apoyada de pie y que, cuando fue a mover un colchón, cayó y se disparó sola, mientras que el detenido argumentó que su mujer estaba limpiando la nevera, sobre la que estaba el rifle, cuando cayó y se disparó. Versiones que serían «irreales», según la Guardia Civil. Así, el viernes se produjo el arresto y el traslado de las diligencias hasta la Fiscalía de Violencia de Género de Elche, que investiga el caso.

Las pesquisas por parte de la Guardia Civil se iniciaron cuando el pasado 9 de mayo, desde el Hospital del Vinalopó, donde fue ingresada la mujer, se dio parte de los hechos a la Fiscalía al sospechar que podría tratarse de un caso de violencia machista. Los agentes descubrieron entonces que el arrestado había tratado de deshacerse del arma, en un solar cercano a la vivienda donde la víctima recibió el disparo.

Los agentes encontraron más contradicciones cuando le preguntaron al presunto agresor y a la víctima por el origen de la escopeta. En un primer momento, el detenido manifestó que se la había encontrado unos días antes y que un amigo le había dado un cartucho. Por tanto, el día del accidente quiso probarla y metió el cartucho en la escopeta, y dejo el arma, cargada, en la nevera.

Sin embargo, la mujer manifestó a los agentes que sabía que su pareja tenía un arma, y que el motivo de tener esta escopeta es que él tenía miedo de que asaltaran su casa, ya que habían entrado varias veces a robar. De esta forma,el día del accidente, la sacó porque había escuchado ruidos en la calle. Tras comprobar que no había nadie, añadió la mujer, la dejó apoyada en un mueble. Cuando se iban a dormir, prosiguió, fue a sacar un colchón, rozando el arma y haciéndola caer al suelo, momento en el que se habría producido el disparo. El hombre no tiene ningún tipo de permiso en cuanto a la tenencia de armas, por lo que se trata de una escopeta ilegal. Según el análisis de los agentes, es un arma del calibre 36 dedicada a la caza menor. Tras examinarla, comprobaron que tenía un protector del disparador, otra circunstancia que hace «poco probable que se produjera un disparo al caer», reza el informe de la Benemérita. Por tanto, también se le acusa de un delito de tenencia ilegal de armas.

El juzgado está a la espera de tomar declaración a la víctima de nuevo, ya que se encuentra recuperándose de las lesiones en el Hospital del Vinalopó. Según fuentes cercanas al caso, la mujer habría necesitado de al menos una cirugía a causa de las heridas, aunque se encuentra estable y no se teme por su vida.

2.000 casos al año

El juzgado ilicitano de Violencia de Género ingresó el año pasado casi 2.000 casos, tras registrar un ligero aumento en el ejercicio anterior. Una tendencia al alza que se mantiene en los últimos años, gracias a la visibilidad de la violencia machista, que está animando cada vez a más mujeres a perder el miedo a su agresor y a dar un paso adelante. Además, la formación del equipo sanitario también está ayudando a destapar más casos, ya que ponen en conocimiento de las autoridades, como en esta ocasión, los casos en los que detectan que puede haber una víctima.