Una persecución de película, a lo Fast and Furious. Así definieron muchos de los testigos la actuación que realizó la Policía Local de Elche en la noche del lunes, cuando realizaron una intensa carrera desde Altabix hasta Los Palmerales, pasando por San Antón. El frenético suceso comenzó alrededor de las 20.50 horas, cuando la Unidad Territorial del barrio de Altabix vio cómo un vehículo patinaba, por lo que, al llegar a la altura de la calle Orihuela, en el polígono, le dio el alto para comprobar que no presentaba ninguna deficiencia técnica.

Pero, tras un amago de detener el vehículo, lejos de parar, el conductor pegó un acelerón y salió huyendo. La patrulla comenzó a perseguirlo, dando aviso por radio para solicitar el apoyo de más agentes. Desde donde se encontraba, accedió a la calle Banyeres en dirección contraria, por lo que tuvo que llegar a subirse a la acera para evitar el tráfico que circulaba en ese momento por la vía. Esta maniobra hizo que le reventara una rueda, pero ni siquiera esto lo detuvo. Y tampoco la rueda, ni el hecho de que varias patrullas de la Policía Nacional, que acudieron como refuerzo, trataran de taponarle el paso. Sin embargo, con una arriesgada maniobra, los eludió, hasta llegar al barrio de San Antón, donde varios peatones tuvieron que apartarse para evitar ser arrollados. Con la llegada de más coches de Policía, los agentes fueron estrechándole el cerco, por lo que huyó hacia Los Palmerales. Para escapar, no dudó en saltarse semáforos en rojo, obligando a más peatones y a conductores a apartarse de la vía, hasta llegar a la calle Morera. Tras girar por Taronger, tuvo que detenerse, al no poder avanzar más.

Arma de fuego

Al parar el vehículo, lejos de rebajarse la tensión, fue en aumento, ya que simuló tener un arma de fuego con la que encañonaba a los agentes. Fue entonces cuando inició una huida a pie por el interior del barrio, mientras los policías establecían un cordón de seguridad ante la posibilidad de que tuviese ese arma. La persecución llegó hasta que el joven se confinó tras una columna, insistiendo en que tenía una pistola

Los agentes le instaron en varias ocasiones a que la tirara, y, al no hacerle caso, y aprovechando que estaban en cielo abierto y que no había posibilidad de herir a nadie por error, la patrulla disparó dos tiros a modo de advertencia. La presión tampoco sirvió para que se entregara, por lo que se inició una nueva persecución, esta vez por el interior de los edificios del barrio, hasta que fue interceptado antes de intentar huir por una ventana. Así, los agentes de la Policía Local consiguieron detenerlo pese a que opuso una fuerte resistencia y trató de agredir a los policías para zafarse.

La Jefatura Local investigará ahora si, previamente a la huida, cometió otro acto delictivo que originara que eludiera el alto de los agentes cuando derrapó.