?Lo que también ha cambiado con los años es el nivel de exigencia de los inquilinos, que, a día de hoy, se quejan más cuando el precio no va aparejado a la calidad que se encuentran en el interior de la vivienda. Ramón López, que vive actualmente en una casa de alquiler, dice que «me han enseñado pisos en muy mal estado, por los que pedían más de 400 euros. Al final, alquilamos una casa más cara, pero con mejores calidades».

La situación que expresa este inquilino se da muy a menudo. Los expertos destacan que los usuarios de estas viviendas no se conforman con inmuebles en mal estado, que son los que se pueden encontrar por 300 euros o 350 euros. «El cliente busca vivir bien, y una vivienda que no está en buenas condiciones resulta muy complicada de alquilar», destacan desde el sector inmobiliario.