El desplome del techo de una vivienda en Torrellano a media mañana de ayer puso sobre la mesa un problema que se extiende por varias zona de la pedanía y que preocupa a buena parte de los vecinos y residentes de las inmediaciones. El abandono de viviendas ha originado que, en manzanas enteras, haya casas abandonadas, tapiadas y sin ningún cuidado y mantenimiento, que puede pasar factura. La casa que se vino ayer abajo es en realidad una especie de local, que actualmente se estaba usando como almacén de materiales de construcción, pero que presentaba un estado de dejadez propio de una vivienda sin apenas uso. A ambos lados de esta construcción, se encuentran dos casas deshabitadas, una de ellas en avanzado estado de ruina, con ventanas y puertas tapiadas, pues han desaparecido con el paso del tiempo.

«Hoy nos hemos llevado un susto tremendo, pero afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales. Solo ha sido el techo, y la fachada ha quedado intacta y solo han caído a la calle algunos cristales, pero la próxima puede ser mucho más grave», señaló ayer un vecino.

El derrumbe provocó un amplio despliegue en los alrededores de la calle Purísima. Desde el Parque Comarcal de Bomberos desplegaron varias unidades para revisar la estructura, tanto del local donde se produjo el derrumbe, como de las dos casas colindantes. Además, la Unidad Canina del Consorcio Provincial de Bomberos revisó todo el inmueble para descartar que hubiera personas atrapadas bajo los escombros. Un extremo que, por suerte, fue descartado. Los escombros dificultaron la apertura de la puerta de acceso, por lo que los bomberos tuvieron que desbloquearla para acceder y comprobar la seguridad de la zona.

Mantenimiento

Ante esta situación, fueron varios los vecinos que apuntaron a la necesidad de «que exista un registro de casas abandonadas y se inste a los propietarios a realizar mantenimientos periódicos y revisiones, por seguridad». En esta zona de la pedanía existen muchas casas unifamiliares que han ido pasando de generación en generación y cuyos propietarios residen en otras zonas, dejando sun uso estas viviendas. La noticia del derrumbe corrió como la pólvora entre los vecinos de Torrellano, y fueron muchos los que se acercaron a comprobar in situ el estado de la vivienda y los restos del derrumbe, que quedaron a la vista a través de las ventanas, destrozadas por los restos del tejado caído. Un suceso que no se ve todos los días y que «ojalá no se repita»