Más de dos meses en dique seco y, de nuevo, el cuento de nunca acabar. Las excavaciones arqueológicas del Mercado Central están paralizadas desde el mes de febrero por problemas con las redes de saneamiento y de agua potable que hay en la zona que queda por analizar, en concreto, en la calle Sant Jaume y en la plaza de la Fruita. Un parón que el Ayuntamiento ha vinculado con los errores en la documentación presentada por la firma adjudicataria del proyecto para desviar las acometidas. Mientras, desde la empresa, Aparcisa, lo achacan a las «trabas administrativas» que, a su juicio, le está poniendo el equipo de gobierno para continuar con el proceso.

En febrero, la empresa adjudicataria del proyecto presentó una petición al Ayuntamiento para desviar las infraestructuras que interfieren en la tercera fase de las catas. Lo hacía así porque en el tramo que queda por examinar hay servicios que hay que desviar. Sin embargo, tras esa solicitud, el técnico municipal de Urbanismo requirió un informe de Aigües d'Elx y también vio necesario un informe de Patrimonio Cultural de la Conselleria, al ver que en el proyecto presentado por Aparcisa no se encontraba la autorización del Consell.

Un mes mas tarde, Aigües d'Elx contestó al requerimiento de Aparcisa y pidió subsanar deficiencias. El problema detectado fue que los desvíos necesarios de agua potable no coincidían con las actuaciones presentadas por Aparcisa en la memoria y el plano. Algo que volvía a encender ayer al concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, quien cargó contra Aparcisa y criticó haberse encontrado, «de nuevo, con un proyecto cargado de errores y de deficiencias, que no se corresponden con los planos y con las memorias». Descartó así la existencia de cualquier traba por parte del Consistorio a la firma adjudicataria. Tras notificárselo a la empresa, Aparcisa presentó el pasado 11 de abril un nuevo proyecto, pendiente de que la empresa Aigües d'Elx realice su valoración.

Por su parte, la firma se aferraba ayer a que el problema tiene que ver con que no se había llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento y que habían tenido que realizar modificaciones, «no por errores, sino por recomendaciones». Además, apuntaron que llevan dos semanas esperando a una contestación al segundo proyecto que han presentado para poder continuar con los trabajos. De cualquier manera, este parón ha acabado retrasando los plazos que se había marcado la empresa para finalizar con las excavaciones, al fijar en este mes de abril el fin de las catas arqueológicas.

Por lo pronto, todavía está pendiente de finalizar una parte en la plaza de las Flores, uno de los viales de la plaza de la Fruita y, tal y como recordó ayer también el edil de Urbanismo, el espacio comprendido entre los Baños Árabes y el inmueble de abastos. Sea como sea, el Mercado Central afronta ahora un nuevo escollo con los desvíos de las redes de agua y de saneamiento, que se suma a la larga lista de obstáculos que se le han cruzado en el camino últimamente. Por poner un ejemplo, el refugio de la Guerra Civil que se encuentra en las profundidades del edificio, y que debe protegerse, según recoge la Ley del Patrimonio Valenciano, como todos los elementos de la contienda civil. Algo que habrá que ver de qué manera se pone en valor y si afecta al proyecto del Mercado Central adjudicado por el PP. Para ello, el equipo de gobierno espera a que se pronuncie el Gobierno valenciano.

No obstante, Sánchez volvía ayer a poner sobre la mesa que la existencia de la galería subterránea no es algo nuevo, sino que el Plan de Reforma Interior del Mercado aprobado en 2013 ya contemplaba el refugio de la guerra bajo el edificio de abastos. Otra de las piedras en el camino con la que se ha topado recientemente el proyecto del Mercado es con el informe municipal que alerta de la incompatibilidad del aparcamiento subterráneo con el Misteri como Patrimonio de la Humanidad. Un documento por el que Compromís pidió rescindir el contrato con la empresa, y que ya ha sido enviado a la Unesco a la espera de su pronunciamiento.

Ayer el edil de Urbanismo también aprovechó para salir al paso de las críticas que ha recibido el informe elaborado por el técnico de Patrimonio, especialmente por el PP, y exigió no cuestionar a los trabajadores municipales.