Edificios de la zona de ampliación de Parque Empresarial deberán contar con medidas de aislamiento para paliar el ruido del tráfico. Serán los inmuebles de uso terciario, generalmente destinados a oficinas que van a levantarse en el área de expansión, cuyo inicio de obras está fijado para el próximo año. Así lo recomiendan los técnicos que han elaborado para Pimesa el estudio acústico que, entre otros documentos, marcará la hoja de ruta de la ampliación. Y así lo acatará la empresa municipal.

Son medidas correctoras que los expertos han considerado necesarias para proteger los inmuebles de la contaminación del tráfico que puede generar el propio sector. De este modo, las nuevas edificaciones tendrán que incorporar a sus diseños elementos donde se prime el aislamiento acústico. También se propone para este tipo de inmuebles utilizar la franja de retranqueo inducida por la servidumbre de la CV-86 (Vía Parque) para implantar una mota de tierras elevada y con árboles. A estos mecanismos para blindar la nueva área del Parque Empresarial del impacto de los vehículos se suman otros, tal y como señala el estudio, y son las pantallas acústicas opacas. El objetivo es proteger los edificios frente al ruido norte de la A-7 en el perímetro exterior trasero de la ampliación del Parque Empresarial. Un espacio en el que también se estudiará la colocación de motas de tierra con árboles para realizar apantallamiento naturales, siempre y cuando no se entorpezca la visión hacia Casa de La Mina, construcción protegida, que se pondrá en valor con la ampliación y a la que también hace referencia el estudio acústico.

Y es que prevenir las consecuencias del aumento del tráfico será uno de los desafíos a los que se deberá prestar atención una vez se haga realidad la ampliación del polígono. Tanto es así que se estima que, cuando el nuevo sector esté a pleno rendimiento, la intensidad media diaria del tráfico en esa zona se sitúe en 7.702 desplazamientos de vehículos privados. Una cifra notable si se tiene en cuenta que, tal y como está ahora el Parque Empresarial, el volumen del tráfico en ese punto asciende ya a 22.476 vehículos, lo que supondrá que cada día pasen por esa rotonda más de 30.000 coches.

De hecho, los informes técnicos advierten de que los factores con más incidencia en el ruido generado por el tráfico rodado son el volumen de vehículos, el paso de camiones, la velocidad, las condiciones de circulación libre y fluida, y las condiciones de la calzada.

Es por ello por lo que, además de tener en cuenta las medidas correctoras que pasan por reforzar el aislamiento acústico de los edificios terciarios, Pimesa tiene sobre la mesa otras recomendaciones adicionales. Una de ellas es la conveniencia de garantizar la regulación de la velocidad máxima a 40 kilómetros por hora de forma generalizada dentro del polígono o colocar trabas en la superficie de los viales, para reducir la velocidad sin cambios de marcha, porque lo último podría dar como resultado un aumento de los niveles sonoros. Asimismo, los técnicos ponen el foco en evitar en el área de ampliación la circulación discontinua, al considerar que los sucesivos arranques y paradas tienen un efecto importante en el nivel de ruido. De ahí que resalten la necesidad de ser cuidadosos con la señalización de tráfico del viario.

Lo que sí que descartan los informes técnicos es que el área de expansión del Parque Empresarial pueda estar afectada por el tráfico aéreo o ferroviario. Tan solo para el impacto que generarán los vehículos se han propuesto, por tanto, medidas. Y es que se espera que al menos el centro logístico de Tempe que se pondrá en marcha en el sector E-49 atraiga un total de 650 trabajadores y 110 camiones al día. Una cifra que se sumará a todos los empleos que generen las otras siete zonas proyectadas en ese espacio de más de 500.000 metros cuadrados, en el que, además de suelo industrial, habrá oficinas.