Aún más indignación. Cuando una paciente del Hospital General de Elche interpuso una queja forman en el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP), tras sufrir quemaduras de tercer grado en las nalgas a consecuencia de un líquido abrasivo que se quedó impregnado, al parecer, en la compresa de su cama tras aplicarle la epidural, lo último que esperaba era una respuesta en la que «mintieran y, encima, se le echara la culpa» a la perjudicada, sostiene. Por tanto, la afectada elevará la queja a la Conselleria de Sanidad y, si la respuesta no es favorable, irá a los tribunales, según ha manifestado la familia.

En la respuesta que han recibido del SAIP no se hace mención a lo que ha originado la queja. Además, la paciente se muestra «indignada» porque se alude a que, tras la consulta con el servicio de Cirugía Plástica, «y dada la buena evolución de las quemaduras se da de alta el 24 de febrero, con cita de revisión para el 28(...). Dado que no acude a la cita, no podemos determinar qué ha podido suceder ni el porqué de la evolución tórpida de las heridas». Un párrafo por el que parece «que la culpa es nuestra», si bien sostienen que dicha cita fue anulada por la responsable del servicio y que, además, antes de que llegara ese momento la paciente tuvo que ir a Urgencias a curarse. Fue derivada al Hospital de San Juan, donde está la unidad de referencia de quemados, ya que había alcanzado la consideración de quemaduras de tercer grado. De hecho, fue intervenida días después, y necesitó injertos de piel. «También dicen que le cambiaron el empapador varias veces, y es mentira», alega la familia.

Investigación

Desde la dirección del Hospital General se limitaron a responder que «la investigación de lo ocurrido sigue en curso», sin dar más detalles de lo ocurrido. Por su parte, la familia aseguró que ya ha contactado con un abogado para interponer la reclamación administrativa, pero que «llegaremos hasta el final, a la vía penal si es necesario».

Y es que, además del daño ocasionado por las quemaduras y la operación a la que se tuvo que ser sometida, la respuesta del hospital ha contribuido solamente a aumentar la indignación de la afectada, ya que consideran que lo que pretenden es tirar balones fuera.

La quemadura fue provocada por el líquido desinfectante empleado antes de aplicar la epidural. Una sustancia que, con un contacto prolongado, puede resultar abrasiva.