No hubo sorpresas. En los últimos días, en el entorno más cercano a Alejandro Soler los más prudentes apostaban por un triunfo que rondaba el 60%, los más optimistas situaban la victoria en un porcentaje cercano al 70%. Al final, se quedaron con un claro y contundente 66% de los sufragios. De un censo que se quedó en los 515 militantes, votaron 439 personas. De ellas, 263 papeletas fueron para el exalcalde y hombre fuerte de Pedro Sánchez en la provincia y 174, para la edil de Hacienda, Ana Arabid, a quien acompañaba Carlos González como presidente en su candidatura. Sólo hubo dos votos en blanco. Los resultados se hacían oficiales al filo de las ocho y media. Alejandro Soler recuperaba de nuevo el control del PSOE en Elche y, además, allanaba el camino para unas posibles primarias para elegir alcaldable. De hecho, cierto es que en los últimos días el flamante secretario general no ha parado de decir que ahora lo que se votaba era la nueva Ejecutiva. No obstante, en ningún momento cerró la puerta a forzar una consulta para buscar un relevo a Carlos González como candidato a la Alcaldía para mayo del próximo año. «Se hará lo que digan los militantes», señalaba esta semana. Pasada la jornada de ayer, la probabilidad de convocar esas primarias está ahí, e incluso puede cobrar más fuerza. No en vano, una vez conocidos los resultados, el nuevo secretario general siguió sin alejar el fantasma de unas primarias. Los resultados, en cualquier caso, complican el futuro de Carlos González, y, con carácter inminente, el futuro del grupo municipal. Alejandro Soler no parece dispuesto a renunciar al control en el Ayuntamiento, y más después de lo ocurrido.

Con los resultados cosechados ayer, la candidatura encabezada por Soler casi igualaba los resultados obtenidos por los sanchistas en la ciudad hace casi un año. En aquel entonces, la candidatura de Pedro Sánchez consiguió en Elche 294 papeletas, frente a las 170 de Susana Díaz, apoyada en aquel momento por el hasta ayer aparato de los socialistas ilicitanos, con Carlos González, a la cabeza, y los 35 de Patxi López. Evidentemente, la lectura que se hacía es que la ola sanchista aún sigue teniendo sus efectos en Elche, y eso, unido al trabajo de pico y pala que ha venido haciendo Alejandro Soler en los últimos meses, y que se ha intensificado en las últimas semanas con llamadas a todos y cada uno de los militantes, ha tenido un peso decisivo. La puntilla definitiva a la otra candidatura llegó cuando Carlos González decidió retirarse de la pugna por la Secretaría General, para, acto seguido, apoyar a Ana Arabid, procedente de la familia encabezada por Antonio Rodes y José Pérez. Un viraje que se atribuyó en parte al miedo a perder frente a Alejandro Soler -uno y otro son enemigos confesos-, en parte también a la presión de los que acabarían siendo sus socios en la UTE en la que acabaría convirtiéndose la lista que encabezaba Arabid. Al final, el hecho de no estar, pero acabar estando como presidente le acabó convirtiendo en uno de los principales perdedores de la noche. Y lo peor es que ayer quizás él era más consciente que nadie de eso en General Cosidó.

Sea como sea, y una vez hechos públicos los resultados, la primera en comparecer fue Ana Arabid. Fiel al estilo que le ha caracterizado durante la campaña previa a la asamblea, se mostró muy prudente. «No sé si preveía una gran derrota. En cualquier caso, lo que ha habido es una gran victoria del Partido Socialista de Elche y de la democracia», señaló, para, acto seguido, agradecer a Soler «el buen talante durante toda la campaña», y darle la enhorabuena a él y su equipo. Respecto a las causas que han llevado a esos catastróficos resultados, se limitó a decir que «ya habrá tiempo de analizar».

La otra cara de la moneda era la que ofrecía Alejandro Soler. Por más que tratara de contenerse, desprendía euforia. «Estoy satisfecho. Eran aproximadamente los cálculos que teníamos, y quiero dar las gracias a los militantes socialistas, que han hecho un ejercicio democrático, y también a la compañera Ana Arabid, que ha concurrido de manera honesta y leal en este proceso», señaló. A partir de ahí, llegó algún que otro dardo dirigido a sus predecesores. «Hoy se pone en marcha de nuevo el Partido Socialista, y vamos a trabajar con la vista puesta en un sólo objetivo: ganar las próximas elecciones del 26 de mayo de 2019», proclamó. De hecho, habló de su intención de «conectar» con los ciudadanos, de cumplir con el programa electoral y de «respaldar» al grupo municipal. Destacaron sus alusiones a Patricia Macià, que precisamente en su día fue uno de los principales pilares de Carlos González, y que se encargará de coordinar una nueva escuela de formación del PSOE; y al exalcalde Manuel Rodríguez, que presidirá esa escuela. Las votaciones ya habían pasado, la puesta en escena no.