¿De qué hablan los artículos que ha recopilado en el libro Escribo de ti y de mí
Son artículos que hablan de nosotros, de las personas, de las relaciones que tenemos, del amor, del trabajo, de nuestras aficiones... Son impulsos sobre lo que se conoce de las relaciones humanas y la experiencia que tenemos. Esto ha pasado por el tamiz de la lejanía, con el que yo he percibido el pulso de Elche desde Barcelona, una cuestión que a veces me hace ser pesimista y en otras ocasiones optimista. Hablo de anécdotas y de noticias que estuvieron muy de actualidad en el tiempo en el que fueron escritos, con gran interés.
¿Por qué ha decidido reunir en este momento los artículos?
Por vejez. Para mí fue una época muy importante la que pasé escribiendo en INFORMACIÓN y me consta que para muchos lectores también lo fue. Me permitió estar en contacto con la gente de la tierra y expresar mis sentimientos. El libro es un legado que expone mi posición ante el mundo. Hay artículos, por ejemplo, que hacen referencia al procés de Cataluña y que parecen premonitorios, porque se veía venir lo que iba a pasar. Lo sé de primera mano porque llevo 50 años viviendo en Barcelona.
Hacer la selección que aparece en el libro, ¿le ha traído muchos recuerdos?
Me ha permitido volver a una época feliz y productiva. Vivimos y vamos muriendo, y no está demás recuperar el tiempo pasado. Estoy muy contento también con el prólogo que ha escrito el periodista Antonio Juan Sánchez y colaboraciones como las que han hecho María Teresa Pérez Vázquez, Miguel Ors, Carmina Verdú o Santiago Gambín, entre otros. Volviendo a leer los artículos he podido comprobar que las carreteras y los servicios mejoran, pero el pensamiento de nuestra sociedad se mantiene.
¿Cómo ha visto Elche desde la distancia durante los 50 años que lleva en Barcelona?
Totalmente cambiada. Cuando ya nací, tenía 48.000 habitantes y en los años 80 se metió en 180.000 de golpe. Yo nací en la plaza de abastos y vivía arriba de una tienda de ultramarinos. Había cuatro casas en El Pla y otras cuatro en Altabix. Ahora lo más pequeño de Elche es su centro. En cuanto al trabajo y la manera de vivir de las personas también ha cambiado. Antes se vivía de la alpargata y el calzado y ahora es poca cosa. Han surgido miles de maneras de ganarse el sueldo y la aparición de la Universidad ha permitido que las personas puedan pensar en otros trabajos más allá de los manuales.
Si tuviera que escribir hoy un artículo, ¿de qué lo haría?
De lo que me pidiera el cuerpo. Siempre me han dado libertad absoluta para hacerlo. Nunca he escrito por compromiso. Mis artículos son ensayísticos y si escribiera hoy lo haría de la gente que me encuentre en la Glorieta, por ejemplo. O sobre el follón que hay con el Mercado Central. Lo haría sin meterme en connotaciones políticas, me quedaría con el romanticismo y la nostalgia de cuando jugaba allí de niño. Muchas veces escribí de lo que sentía no estando en Elche o de lo que me motivaba en un momento determinado.
En su anterior obra, Notas de amor para un pequeño libro
También he escrito sobre arte. Al margen de la medicina, tengo muchas inquietudes. Ya lo dije en alguno de mis artículos. Lo que hacemos durante la vida es terapia ocupacional. El trabajo, el amor y nuestras aficiones son engaños para olvidarnos de que el mundo es una mierda. Hay que intentar dar sentido a esto porque yo pesimista no soy. Me distraigo sin tampoco estar encantado de haberme conocido.
¿Cómo ve la situación actual de los jubilados en España?
Es deplorable, no hay derecho a que las personas que han cotizado durante toda la vida lo vuelvan a hacer en su pensión. Es de locos, nos están descontando dos veces. Debemos percibir la totalidad de lo que corresponde a lo que hemos cotizado.
