La cuenta atrás para la asamblea del PSOE en Elche, de la que debe salir un nuevo secretario o secretaria general, ya ha comenzado. Tanto es así que las dos candidaturas que pugnan por hacerse con el control de los socialistas en Elche están trabajando a contrarreloj para tener cerradas sus listas para la cita del sábado. De momento, se ha tocado a varias personas, pero tanto desde un lado como desde el otro intentan mantener una cerrazón total y absoluta. Sin embargo, por ahora, lo que sí ha trascendido es que el actual secretario general, y, a la sazón, alcalde, Carlos González, acompañará a Ana Arabid en su candidatura. Se le ha reservado el puesto de presidente. Así lo confirmó la propia Arabid, que poco más avanzó de la lista que presentará en tres días.
El apoyo de Carlos González a Ana Arabid era evidente desde el minuto cero. Al fin y al cabo, por más que el actual secretario general se resistiera a la bicefalia, acabó cediendo, en una jugada que en muchos sectores se achacó al temor a perder contra su principal enemigo en la agrupación -Alejandro Soler-, y, en otros, como un pacto en el que no había más remedio que entrar para no perder los apoyos del grupo de Antonio Rodes / José Pérez, hoy reconvertido en el grupo de Arabid. No en vano, esa bicefalia fue una de las condiciones impuestas en otro pacto anterior, el que permitió a Carlos González recoger los apoyos necesarios para convertirse en alcaldable en las elecciones de 2015, aunque después no se llegara a materializar el ascenso de José Pérez a la Secretaría General, una vez entrados en harina en la dinámica municipal.
Por eso, y especialmente por las posturas irrenconciliables ya bien conocidas a estas alturas entre Soler y González, a nadie le extrañó que el alcalde prestara su apoyo incondicional a Ana Arabid sólo un día después de hacer público que se apeaba de la carrera por hacerse con el control en General Cosidó. Lo que estaba en el aire es qué papel podría jugar a nivel de aparato y, en particular, como primer paso, en la lista de la también edil de Hacienda.
La incógnita, en cualquier caso, parece que se ha acabado resolviendo definitivamente esta misma semana. Pasar de secretario general a ostentar una secretaría o vicesecretaría podría interpretarse como una humillación para quien ha sido secretario general y aún hoy es el alcalde, más allá de que se gane o no el sábado. Ante eso, sólo cabían dos salidas: o bien quedarse fuera del aparato local o bien ficharle como presidente. Y, al final, la segunda opción es la que se ha impuesto. Con ello, de un lado, la lista de Ana Arabid consigue amarrar los votos que se mantienen fieles a Carlos González, que no deja de ser el alcalde, y, por otro, se le da una salida digna en el partido.
Ahora sólo falta por ver qué nombres completan ésa, pero también la otra lista. Queda eso y, sobre todo, ver en qué medida cuaja la renovación que tanto venden desde un sector y desde el otro. Sea como sea, el interrogante se despejará pronto.
