La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, acogió ayer el juicio contra un hombre acusado de matar, tras una discusión, a otro, al que no conocía de nada, en un pub en Orihuela Costa a principios de 2016. La Fiscalía pide 13 años de cárcel por un delito de homicidio, extremo que el acusado negó ayer, al declararse inocente, y para el que su abogado pidió la libre absolución. Según la versión del acusado, que se había negado a declarar ante el juez y el fiscal durante la instrucción del caso, sí hubo una pelea entre ambos, que atribuyó a la víctima, y alegó que le golpeó con el vaso que llevaba en la mano para defenderse al ser zarandeado, aunque solo reconoció que le hirió levente en la cara, y que la única manera de que le causara mayores lesiones sería por algún vidrio roto durante el forcejeo, es decir, por accidente.

La versión del Ministerio Fiscal y de las acusaciones particulares es muy distinta. Todas las partes sostienen que el acusado asestó varios golpes a la víctima, y uno de ellos fue el que le llevó a una muerte casi instantánea al seccionar la yugular y la carótidaseccionar la yugular y la carótida, lo que provocó que se desangrara en pocos segundos. En el caso hay un segundo acusado, el dueño del local donde se produjeron los hechos, al que se le imputa un delito de encubrimiento porque, según el Ministerio Público, recogió y limpió los trozos de vidrio del vaso con el que el acusado habría agredido a la víctima, y después le dijo a la Guardia Civil que la agresión había tenido lugar fuera del establecimiento, cuando la investigación, y el propio acusado, reconoció que no fue así, y la pelea se produjo en el interior del pub, situado en una conocida zona comercial y de ocio de la urbanización de Villamartín.

Un jurado popular será el encargado de juzgar el caso, una fórmula por la que se da participación a la ciudadanía en la administración de Justicia. El abogado de la defensa del presunto homicida pidió que se absolviera a su cliente, ya que «su intención no fue en ningún momento matar a la víctima», y sostuvo, como también lo hizo el acusado, que en el caso de que él fuera el culpable, en todo caso se le imputaría un delito de homicidio por imprudencia que, aplicando los atenuantes por consumo de alcohol y drogas, llevaría consigo la absolución igualmente.

No obstante, la Fiscalía, en su calificación, no aplica ningún tipo de atenuante, por lo que rechaza que sus capacidades mentales estuvieran afectadas por el consumo de alcohol y drogas.

Durante las próximas sesiones también se tratará de esclarecer el papel que tuvo el dueño del local a la hora de encubrir el crimen. Su abogado, al inicio del juicio, adelantó que en ningún momento trató de encubrir lo que había pasado, que trató de socorrer a la víctima, aunque sin éxito, y se escudó en que fue el propio hostelero el que llamó a los servicios de emergencias para alertar de lo sucedido, por lo que en ningún caos trató de ocultarlo.

La Fiscalía, por su parte, sostiene que trató de encubrir lo que había sucedido, pidiendo al resto de clientes que había en el local -amigos del agresor- que se fueran, para que él se encargara de todo, para decirle después a los agentes que la agresión había sido en la calle y la víctima había entrado a pedir auxilio al local.