Otro de los problemas a los que se enfrentan los técnicos y los agentes de la Policía Local a la hora de identificar y controlar los enganches ilegales es la proliferación de estas acciones en el casco urbano. Hasta hace unos años, el fenómeno se daba en casas de campo con gran volumen de gasto de agua, o en zonas más marginales de la ciudad. Sin embargo, con la crisis económica, se han disparado los casos también en el casco urbano. «Nos hemos encontrado situaciones en las que, en un bloque de viviendas en San Antón, donde conviven dos vecinos de toda la vida y ocho okupas, estos dos vecinos los abastecían a todos», señalan fuentes policiales. Esta situación desata las quejas de los vecinos, que denuncian las prácticas pero, conforme se van los agentes y Aigües d'Elx les corta el grifo, intentan buscar otro empalme. «Hay que distinguir a la gente que no tiene recursos y lo hace por necesidad, que el okupa profesional», destacan los agentes. Y son estos últimos los que suponen un problema.

Otro de los frentes abiertos pasa por locales comerciales, principalmente de hostelería, que también optan por eludir el pago de su consumo con enganches ilegales. Se trata de establecimientos que hacen un gran uso del agua, ya sea por la cocina, lavavajillas, baños públicos, etc, que ven en este tipo de acciones ilegales una forma de reducir gastos a costa del resto de usuarios de la red que sí pagan por el suministro de agua.

Así, estas campañas se estarán desarrollando durante los próximos meses, con el fin de acabar con las irregularidades.