El grifo ya está abierto. La Confederación Hidrográfica del Tajo ha empezado a trasvasar agua con destino a los cultivos de la provincia, después de que el Ministerio de Agricultura, atendiendo a la Ley de Evaluación Ambiental, autorizase transferir 60 hectómetros cúbicos entre abril y junio a través del acueducto Tajo-Segura. La apertura del trasvase se ha producido esta misma semana. Concretamente, desde el lunes se ha empezado a enviar una primera cantidad de recursos hídricos a razón de 9,83 metros cúbicos por segundo, que llegará a la provincia en los próximos días.
Este primer trasvase se ha puesto en marcha con un caudal reducido, ya que lo normal sería que saliese el doble de agua. El motivo es que las conducciones del trasvase llevan once meses sin actividad, y se ha considerado prudente empezar a travasar agua en pequeñas cantidades hasta comprobar que el acueducto está en buenas condiciones, y se está al 100% seguro de que no existen averias a lo largo de su recorrido. Las miradas están puestas actualmente en el tramo que lleva el agua hasta el embalse de Alarcón, tras permanecer casi un año inactivo.
No obstante, desde la Comunidad General de Riegos de Levante consideraron que las conducciones deben estar en un óptimo estado, ya que, apuntaron, «los regantes costean el mantenimiento de las infraestructuras pase o no pase agua por las canalizaciones».
El agua tardará varios días en llegar hasta la provincia. Un periodo de tiempo que se considera normal, debido a la extensión del acueducto. La intención de los representantes de la Confederación Hidrográfica del Segura es trasladarse mañana hasta el embalse de Talave para recibir los primeros aportes, una vez que lleguen a la cuenca del Segura.
Este mes está previsto que se trasvasen 20 hectómetros cúbicos, y los aportes de mayo y junio, a razón de otros 20 hectómetros cúbicos mensuales, hasta completar los 60 hectómetros cúbicos aprobados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente, dependerán del estado de los embalses de Buendía y Entrepeñas. Concretamente, dependerán de que su nivel de agua embalsada no baje de los 400 hectómetros cúbicos. Si la cantidad de agua embalsada es mayor, como lo es en la actualidad, se podrá seguir trasvasando agua atendiendo a lo que marca la legislación estatal.
Por el momento, Riegos de Levante empezó a comunicar ayer a las comunidades de base la disponibilidad del agua que ha empezado a ser trasvasada, con el fin de que empiecen a organizarse de cara a los próximos riegos.
Una vez que el agua llega el embalse de Talave entra en acción el postrasvase, que reparte el agua entre las zonas regables, como las de la Vega Baja y el Camp d'Elx, donde los agricultores esperan su llegada como agua de mayo, después de estar casi un año mirando al cielo para que la lluvia ponga fin a la sequía.
