«Pinos secos, escombros amontonados y falta de señalización. Estas deficiencias son la tónica habitual que se aprecia en el Pantano de Elche y que motiva las principales quejas de los visitantes de este entorno natural, en el que hoy se darán cita familias al completo, si el tiempo da tregua, para comerse la mona siguiendo el ritual del segundo Lunes de Pascua.

A pesar de estos problemas, el Ayuntamiento ha tomado medidas para adecentar espacios como el merendero público y se han renovado una decena de mesas y bancos de madera después del mal estado que presentaba el anterior mobiliario.

Las principales áreas de mejora, según los visitantes, giran en torno a la accesibilidad en coche, ya que hay tramos de los caminos sin asfaltar con baches que hacen, en algunos casos, que sea tarea difícil entrar sin que el vehículo sufra daños. Además la señalización «no resulta clara porque no se especifica a qué parte del pantano llegas cuando tomas una vereda u otra y tienes que preguntar varias veces», cuenta una turista.

Al llegar a la explanada de acceso por el sur, punto donde se celebra la romería de la Virgen del Rocío, la estampa es la degradación de una parte de la flora, con palmeras sin podar con infinidad de ramas marchitas que se amontonan. Sin embargo, lo que más preocupa son los pinos secos a lo largo de la sierra, algunos de los cuales se han volcado y están con las raíces fuera a consecuencia de las rachas de viento de los últimos días. «Deberían talarlos y reforestar por el bien de todos para prevenir que se prenda fuego» comenta Francisco Rodríguez, un vecino de Altabix que acude a menudo al entorno del pantano. Asimismo, a quiénes se adentran por primera vez les sorprende el potencial ambiental de la zona, pero tienen la sensación de que está en desuso. Águeda Sánchez viene desde Elda y percibe cierto arbolado seco, falta de paneles informativos que detallen las rutas para llegar a la presa o « medidas de seguridad en el entramado de acequias porque la gente pasa por encima y corren peligro», explica.

En cuanto al área recreativa Pablo Luis Luque, agradecen la renovación de los merenderos, después de unos años deteriorados, pero echan en falta más servicios como baños públicos. La zona de esparcimiento está limpia con papeleras a lo largo de la parcela, pero en los márgenes hay escombros con azulejos rotos, botellas y cartones.

Parte de esta lista de problemas podría solventarse con el proyecto que piensa ejecutar el Ayuntamiento a finales de año con fondos de la Diputación Provincial, para adecuar el cauce del Vinalopó y poner en valor la presa y su entorno para sumar puntos de cara a la declaración como Paraje Natural.