La Policía Nacional detuvo hace unos días a un joven que agredió a sus dos progenitores durante el transcurso de una discusión, propiciada, al parecer, según consta en el atestado policial, y ratificó el propio detenido, por la adicción del arrestado a los estupefacientes. Se trata de la tercera agresión de hijos a padres en el último mes en la ciudad, según señalaron ayer fuentes judiciales. En estos casos, siempre que los progenitores presentan denuncia, se trata de una agresión grave, pues, sea cual sea el resultado de las secuelas físicas, penalmente concurre el agravante de parentesco.

Así, tras la llamada a los agentes, estos se personaron en la vivienda donde conviven los tres implicados en el suceso, y el joven acabó en dependencias policiales, donde estuvo hasta que ayer pasó por la Ciudad de la Justicia de Elche.

En la mayoría de casos, señalan fuentes judiciales, los padres acaban retirando las denuncias, pero cuando hay consumo de drogas de por medio, lo que se busca es obligar al agresor a iniciar el tratamiento para poder abandonar la adicción y frenar así los impulsos agresivos que originan los estupefacientes, y que afectan a las facultades mentales de quienes los toman.