La empresa de chatarra y cartones que el martes de la semana pasada fue pasto de las llamas, en un espectacular incendio en pleno polígono industrial de Carrús, asistía ayer a un continuo trasiego de camiones y maquinaria pesada, tanto dentro como fuera de sus instalaciones. El motivo no era otro que proceder a la retirada definitiva de las toneladas de residuos. Las llamas se cebaron con la gran cantidad de material inflamable que se encontraba en el interior de la empresa.
La mercantil, dedicada a la venta de maquinaria y herramientas para la construcción e industria de segunda mano, pero también a la compraventa de chatarra, cartón, plástico, caucho y hormas, almacenaba varias montañas de estos materiales, casi el combustible perfecto para las llamas.
Esto provocó, además, una gran columna de humo, tanto negro como blanco, cuyo olor se dejó sentir en gran parte de la ciudad.
Precisamente, dado este tipo de material y la gran cantidad del mismo, los bomberos no pudieron retirarse totalmente de este enclave hasta pasadas 62 horas. En concreto, el fuego se inició poco antes de las 13 horas del martes 27 y, aunque a las 17.30 horas de ese día se daba por controlado, no fue hasta las tres de la madrugada del jueves al viernes cuando se declaró oficialmente extinguido, según informaron los bomberos del Parque Comarcal de Elche.
Según los efectivos de Elche, el incendio fue muy «aparatoso» y se caracterizó por el hecho de que los gases y el calor no quedaban dentro de la zona afectada, al no tratarse, por ejemplo, de una nave, sino que se desplazaban fuera sin límite. Ante ello los bomberos realizaron un esfuerzo en remojar continuamente, sobre todo para mitigar que el olor impregnara la zona.
Una semana después de que se declarara el incendio, camiones de carga y las distintas palas excavadoras trataban ayer de despejar en lo posible los cerca de 2.200 metros cuadrados de superficie calcinada, dentro de una parcela de unos 3.330 metros, según informaron fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos. Varios vehículos y sus operarios trabajaban sin parar con tal de despejar cuanto antes del lugar todos los restos que ardieron y que han supuesto cuantiosas pérdidas, las cuales no han trascendido.
