La Semana Santa engloba un cúmulo de tradiciones que salen a la luz en días como Viernes Santo de Elche, cuando se celebra la ceremonia de la Trencà del Guió. Este acto se lleva a cabo en la Plaça de Baix, cuando llega la Virgen de los Dolores, la única imagen de la Semana Santa ilicitana que es de titularidad municipal.

Los protagonistas de la Trencà del Guió son los miembros de la tripleta, que este año son la trencaora Susana Maciá y, como acompañantes, Abel Sandoval e Iván Aledo. La trencaora va a ser la encargada de ondear varias veces el guión negro que, como manda la tradición, debe romperse a la tercera vez. Si se cumple este extremo, reza la tradición, se augura un buen año para la ciudad.

Esta tradición reúne cada Viernes Santo en la Plaça de Baix a multitud de ilicitanos, pero no es la única vinculada a la Semana Santa y, en concreto, a la imagen de la Mare de Déu de les Bombes.

Originariamente, la Virgen era propiedad de los nobles, pero siempre ha estado en la parroquia de El Salvador, donde los responsables eclesiásticos, recuerdan desde la cofradía de la Dolorosa, mantenía mucha rivalidad con el clero de la basílica de Santa María. De hecho, en el siglo XVII se estableció una norma que decía que la Virgen podía estar en la basílica entre el día de su procesión y Viernes Santo, pero que bajo ningún precepto podía amanecer en Santa María Sábado Santo. De hecho, la rivalidad era tal que el acuerdo establecía que si la Dolorosa no abandonaba la basílica Viernes Santo, y amanecía Sábado Santo en ella pasaba a ser propiedad de Santa María.

Esta leyenda, insisten desde la cofradía, se ha acabado convirtiendo en una tradición que a día de hoy se sigue respetando. Tanto es así que aquellos años en los que la lluvia ha impedido la realización de la procesión general del Viernes Santo los pilares han esperado el momento más adecuada para devolver la imagen a la parroquia de El Salvador antes de que amanezca el Sábado Santo.

El hermano mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, Francisco Guilabert, recuerda que «el último año que se tuvo que realizar la Trencà del Guió en el interior de la basílica de Santa María por la lluvia, hace unos pocos años, esperamos hasta las tres de la madrugada para sacar a la Virgen de la basílica y trasladarla, sin riesgo de lluvia, a la iglesia de El Salvador, para que no amanezca nunca en Santa María».

Otra tradición vinculada a la Virgen de los Dolores se lleva a cabo durante la procesión de Miércoles Santo. Concretamente, cuando la Virgen llega a las Cuatro Esquinas, empiezan a repicar las campanas de la basílica de Santa María, y ya no lo vuelven a hacer hasta Sábado de Gloria.

Además, poco antes de que la Dolorosa llegue a la basílica, se cubre la Virgen de la Asunción, de forma que las dos imágenes de la Virgen nunca se ven. La única vez que se encontraron ambas frente a frente fue durante el saludo que la Dolorosa realizó a la Patrona cuando entró en Santa María el día de su coronación canónica. «Fue un hecho excepcional», recuerdan desde la cofradía de la Mare de Déu de les Bombes.

Tradiciones vinculadas a la Semana Santa que se repiten año tras año, como la de las cofradías y hermandades que llevan una ofrenda de huevos al convento de las Clarisas para que no llueva los días en los que se celebran las procesiones, o la de degustar en familia dulces como la mona de pascua, que estos días es la protagonista de los escaparates de las pastelerías de la ciudad.