Una de cal y otra de arena en el último informe de criminalidad Los delitos relacionados con el tráfico de drogas y la sustracción de vehículos se han reducido un 18,1 y un 13,6% en el último año, así como los delitos de lesiones y riñas, que han descendido un 29,5%. Una cifra que, no obstante, no ha servido para bajar el índice de criminalidad en la ciudad, pues el resto de tipologías delictivas ha ido creciendo, hasta el punto de que el dato global arroja un ligero incremento, de apenas un 1,5%, del número de infracciones penales registradas en Elche por las diferentes fuerzas de seguridad que operan en la localidad (Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía, y Policía Local), según el Ministerio del Interior. Hasta 9.804 delitos se registraron en 2017.
Pueden parecer muchos, sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas solo reflejan las denuncias presentadas por víctimas, «lo que quiere decir que no reflejan lo que en Criminología se conoce como "cifra negra", es decir, aquellos delitos que no son denunciados por las víctimas en atención a distintas circunstancias como la escasa entidad de lo sustraído, en el caso de los delitos contra la propiedad, o los inconvenientes asociados al sistema de Justicia», pero la cifra es hasta positiva.
Así lo asegura Fernando Miró, director del Centro Crímina para el estudio y prevención de la delincuencia de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), pues señala que las cifras se mantienen «por debajo de las de otras poblaciones próximas como Alicante, en la que se ha producido un incremento del 3,4%».
En la misma línea se manifiestan fuentes policiales, que aseguran que los datos son muy parecidos a los del ejercicio anterior, y que no hay grandes cambios, por lo que Elche es una ciudad segura. Así, desde Crímina señalan que «el delito más común continúa siendo el hurto (62% tanto en 2016 como en 2017), seguido por los robos con fuerza en domicilio, establecimientos y otras instalaciones (12% en ambos períodos)».
La mayoría, hurtos
La tipología delictiva a la hora de analizar el resultado global es muy importante, ya que «en términos cuantitativos el hurto representa más de la mitad de la actividad delictiva y los robos con violencia a penas alcanzan un 4%, sin embargo, en términos de preocupación social es más probable que un robo con violencia sea percibido como un hecho grave, mientras que un hurto en la mayoría de las ocasiones no lo es tanto».
Por otra parte, fuentes policiales sí señalan que hay tipologías delictivas, en este caso las relacionadas con el trafico de drogas, que fluctúan de acorde a las campañas específicas que se realizan. «Va subiendo y bajando. Cuando hacemos una campaña específica, suben porque nos focalizamos en ellas y sacamos más casos a la luz. Luego bajan, ya que el temor de los delincuentes hace que descienda la actividad delictiva, hasta que sube ligeramente, volvemos a intensificar, y el dato aumenta», señalan fuentes de seguridad.
Otros casos donde las fuerzas de seguridad aseguran que el índice de criminalidad no refleja realmente la actividad delictiva de la ciudad es en los relacionados con la libertad sexual. La concienciación de la sociedad sobre este tipo de casos y la pérdida del miedo a denunciarlos, hace que se incrementen las demandas, pero eso no significa que haya más casos. Por tanto, rematan desde Crímina, «este tipo de balances no dicen mucho acerca de la criminalidad y mucho menos sobre la percepción de la seguridad que es lo que realmente suele interesar a la población, en nuestro país tradicionalmente no se llevan a cabo encuestas de victimización».
